sábado, 20 de noviembre de 2010

MALA LECHE: TRAVELING BAND

POR.- EL DODO DE LA MALA LECHE Y EL DODO DE HUMOR NEGRO

Los Dodos nos fuimos a dar el rol al interior de la República mexicana para platicarles desde los lugares de los hechos, los asuntos turbios que ocultan las autoridades.

En nuestros viajes hemos constatado que, a pesar de la ineptitud gubernamental, la población le pone alto la adversidad y trabaja, sabiendo que en cualquier momento una bola desgraciados puede destruirles la existencia. Sin embargo, no se doblan, y aun las personas que han huido de las zonas graves del conflicto armado contra el narcotráfico, hacen planes para cuando regresen.

Imperceptiblemente, lejos de los medios, la ciudadanía está poniendo al calderonismo en su lugar y no se chupa el dedo con sus actos aparatosos sin resultados.

Con la reducción de ingresos para el campo y el golpeteo tributario a la industria, campesinos y obreros reciben pagas que son un insulto a la conmemoración del centenario de la Revolución. La justicia social está ausente en 2010 y la franja entre ganar 400 0 600 pesos semanales es una genuina mentada de madre.

Hablamos con los jóvenes y, curiosamente a diferencia de los capitalinos, manifiestan ganas por hacer cosas y probar opciones para un destino distinto. No obstante, pueblos con una sola librería-papelería, museos de pacotilla y bibliotecas de un cuarto agotan la fe del más pintado.

Distante a los discursos y los spots propagandísticos, en todos los caminos encontramos pobreza y miseria extrema. El esquema del cinturón de miseria, los suburbios y la zona medianamente habitable estuvo presente en casi todas las paradas de nuestro trayecto.

Topamos con cantinas rusticas y precios accesibles, aunque cerraran temprano. Escasa vida nocturna y una devoción religiosa variopinta en adultos y adultos mayores. Al interrogar sobre la preferencia política, los entrevistados coincidían que cualquier partido es lo mismo; la misma transa, la misma desfachatez y la misma porquería.

En materia de prevención de salud, dos problemas mayores atrajeron la atención: el incremento del alcoholismo y el embarazo juvenil. El ingreso por las peores puertas al compromiso es recurrente en sectores de pobladores aburridos, cansados y hartos de saberse muertos antes de la mayoría de edad.

El centralismo del Distrito Federal todavía conmueve y atrae, pero los mismos soñadores se descalifican por un mito absurdo de inferioridad, como si la Ciudad de México fuera un lugar fantástico y no la costra mugrosa que aniquila a sus residentes.

Por ello, al conocer los mentados diez puntos de Andrés Manuel López Obrador para el Estado de México, no pudimos botarnos de la risa por el nivel de irrealidad que los acompaña. Es la fórmula trillada de prometer a los que menos tienen sobre los que tampoco tienen mucho. Es darle de brochazos feos a las paredes de la opresión y suponer que los votantes se van a conformar con el regalito de la gorra, la cubeta o la torta.

La gran ausente en los caminos recorridos por los Dodos fue la verdadera política, pues en cualquier dirección vimos los estragos de la grilla y jamás una construcción positiva del ejercicio sano del poder.

Los viajes ilustran, y deprimen.

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