POR.- EL DODO DE LA MALA LECHE Y EL DODO DE HUMOR NEGRO
La muerte de Ignacio Coronel, en Guadalajara, Jalisco, brazo derecho del “Chapo Guzmán”, en el control del cartel de occidente, es un golpe mediático de primer orden para aminorar la incredulidad de los mexicanos en el saldo positivo de la guerra enloquecida oficial contra el crimen organizado.
La noticia bastó para que se soltaran los aduladores de pluma, que no de la inteligencia, y casi proponer la construcción de un monumento al presidente. Sin embargo, aunque espectacular el operativo y el desenlace, un zopilote sólo anuncia carroña, no la produce. Por ende, con los mismos números oficiales (que sabrá Dios de dónde los sacan) el fallecimiento de algunos pesos fuertes del narcotráfico no equilibran el margen de violencia y aniquilamiento que han resentido varias de las entidades federativas del país; pensemos en Chihuahua.
No se menosprecia el éxito de la operación, pero falta golpear a los grandes nombres y eso sí, alianzas aparte, se percibe casi imposible. Como sea, Calderón logró sus minutos de fama y a continuación vendrán los discursos del caso. Nada nuevo, sólo la misma basura reciclada.
Coincidentemente la muerte de “Nacho” Coronel ocurrió en el día de entrada en vigor de la Ley Arizona que el gobierno mexicano manejo en el habitual “ya ni modo”, prometió ayuda y observación en la integridad de los repatriados, sin faltar por supuesto el anuncio de un bloqueo “artístico” contra la entidad. Suponemos que ante tales respuestas, la gobernadora de Arizona sufrió insomnio nada más de pensar en no poder disfrutar un concierto de Café Tacuba.
Por debajo de la bravuconada de Marcelo Ebrard de que no se la van a acabar los responsables de cuatro ejecuciones dentro de una pizzería del sur del Distrito Federal, es un hecho consumado que el ajuste de cuentas de la delincuencia pesada llegó a la urbe para quedarse. La recomendación es que el Jefe de Gobierno no imite a Calderón y se le vayan a despintar las cebras. Moderación, moderación. Por decretos no hemos parado y la sangre corre que da gusto.
Nadie conoce el paradero de los tres reporteros secuestrados mientras cubrían el motín en el penal de Gómez Palacio, Durango, y aunque uno más haya sido liberado, el panorama no es halagüeño. Por ello, el programa de Televisa “Punto de Partida”, conducido por Denise Maerker, decidió cancelar su emisión en protesta por los constantes ataques que han sufrido los informadores en este sexenio como consecuencia de la indolencia del Estado y la barbarie de los enemigos de la verdad.
Desgraciadamente, considerando los datos fuertes al respecto, la tendencia no variará y los que ejercemos el periodismo aquí seguiremos moviéndonos en la plaza más peligrosa del mundo en una sociedad en tiempos de ¿paz?.
En los Juegos Centroamericanos de Mayagüez, la delegación de deportistas mexicanos está imparable, detalle que nos recuerda una vieja disyuntiva de qué sirve ser ballena en un charquito, si perdemos toda estima en el vasto océano. Pues son esos mismos “ganadores” los que irán a las Olimpiadas por las medallas y las explicaciones que ya conocemos
No hay comentarios:
Publicar un comentario