POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Neta que es poca la memoria de los mexicanos. Nuevamente, Andrés Manuel López Obrador, alguna vez una opción concreta para cambiar el rumbo de la nación, llenó el Zócalo de la Ciudad de México para abrir su campaña por la Presidencia de la República y acarrear a cuanto incauto trajeron los siniestros personajes y las peculiares organizaciones que lo siguen.
En tres años, tanto el presidente legal, Felipe Calderón, como el legítimo, Andrés Manuel, sirven para lo mismo: para enseñarle al pueblo por lo que no tiene que votar. Uno por un tiranito inútil, y el otro por asumir el mesianismo estúpido que tanto le ha costado a la raquítica izquierda nopalera.
Sin embargo, La Jornada, panfleto oficial del Partido de la Revolución Democrática y cuantas causas perdidas detalle el directorio, presentó una crónica inflamada de un retorno ultra anunciado y elevada de la realidad lluviosa donde ocurrió. “Sembrar besos para cosechar besos”, frase cursilona para distanciarse de la violencia circundante, que sintetizó la postura neopolítica del Peje, nos remitió al verano de 1967 y a la utopía hippie, guardando las distancias exigidas.
Treinta y siete oradores, sí treinta y siete, calentaron a los miles de simpatizantes de López Obrador a fin que en el momento cumbre, en el éxtasis pasional, rugieran como multitud roquera al primer guitarrazo, digo a la primera oración del tabasqueño.
Atrás quedaron las horas en que pactó la traición a la Patria al aceptar el resultado de una elección robada, privilegiando la supuesta paz, que Calderón haría pedazos en los meses siguientes.
En la amnesia popular cayó la disposición de millones de votantes que estaban decididos a defender costara lo que costara la voluntad popular, pero el señor Obrador dobló las manitas y ahora pretende reaparecer sin pagar derecho de piso y así no se vale.
El Proyecto Alternativo de Nación, dado a conocer por AMLO, puede resumirse de la siguiente manera:
Culpa a “30 potentados” de “la ruina de las actividades productivas”; de empujar a los jóvenes “ninis” (que ni estudian ni trabajan ni buscan empleo) a “conductas antisociales” y de obligar a la migración de 50 mil familias de clases media y media alta hacia EU por la inseguridad y la pobreza.
La Suprema Corte de Justicia pertenece a Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Felipe Calderón y Manlio Fabio Beltrones porque los ministros les deben la chamba y ni modo que pateen el pesebre.
Los medios deben de democratizarse, garantizar competencia y derecho a la información; ya que en estos días, son culpables de proteger privilegios y “hacer negocios” al amparo del poder público.
Considerando que los millonarios nacionales no se les da la filantropía real y no sueltan ni un centavo que no les reditúe ganancias, propone obligarlos a pagar los impuestos que generen sus fortunas y no los que les acomoden.
Naturalmente, sostiene que no desea el poder por el poder, sino para servir a la patria, faltaba menos.
Por si hubiera dudas, reiteró que va por la Presidencia y que si se dan las condiciones podría negociar con otros candidatos a fin de hacer un frente sólido, siempre encabezando el contingente.
En suma, algunas propuestas manoseadas y novedades coyunturales; la puritita aventura y sus huestes perredistas, petistas y convergentes; la pura onda de chaqueteros y trinqueteros.
Deseamos que esta vez, los embaucados sean menos y que Andrés Manuel no se confirme como la continuación de “Temo”, el purificador de los pecados de la disidencia.
NOTA DE EL DODO DE LA MALA LECHE Y DEL DODO DE HUMOR NEGRO: Si AMLO es presidente legítimo, al estar contendiendo por la Presidencia ¿defiende la reelección?
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