viernes, 15 de julio de 2011

REFLEXIONES PERIODÍSTICAS: NEWS OF THE WORLD O EL ABUSO DE LA DESINFORMACIÓN

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

En una clásica separación informativa, el periodismo tiene dos vertientes: el periodismo en serie, hecho para vender a costa de lo que sea; y el periodismo en serio, cuyo objetivo es la difusión de datos y opiniones a favor de la veracidad.

En los días que corren, desgraciadamente, la noticia convertida en un objeto de consumismo, está cayendo en prácticas terribles de seudo libertad de expresión y fomento de los peores defectos humanos a modo de colocarse en el índice del mercado.

El cierre del semanario sensacionalista británico News of the World, en el centro de un escándalo de escuchas telefónicas ilegales, anunciado por James Murdoch, hijo de su propietario Rupert Murdoch, ha puesto un límite doloroso a una actividad profesional que nació para fortalecer la convivencia y el perfeccionamiento social.

El News of World, fundado hace 168 años y que tira casi 2.8 millones de ejemplares, era la cabecera más popular de News Corp, grupo empresarial que lo compró en 1968 en el marco de una estrategia para implantarse en Gran Bretaña. El semanario empleaba a 200 personas, que “podrán solicitar otros puestos dentro de la compañía”, aseguró una portavoz de News International.

Ejemplo de mucho de lo que el periodismo en serie es capaz de hacer, News of the World afectó la vida de muchos famosos y mortales comunes al exhibirlos, dentro de un espacio deleznable.

Refiriéndose a las últimas revelaciones del escándalo de las escuchas, James Murdoch declaró que si se confirmaran las acusaciones de que un detective privado contratado por el periódico intervino el buzón de voz del teléfono celular de una adolescente desaparecida en 2002 y cuyo cadáver fue encontrado tiempo después, las acciones de su semanario habrían sido “inhumanas”.

“El News of the World está en el negocio de pedir cuentas a otros. Pero falló en lo que respecta a sí mismo”, agregó.

El caso de las escuchas telefónicas ilegales por parte del News of the World, que estalló en 2006 e inicialmente afectaba sólo a figuras políticas y a famosos, suscitó una oleada de indignación esta semana al revelarse que familiares de víctimas de crímenes, del terrorismo y hasta de soldados muertos en Irak o Afganistán pudieron sufrir el espionaje telefónico. La policía, que inició una nueva investigación este año, precisó ayer que la lista de personas que pudieron haber sufrido el espionaje llegaría a cuatro mil.

La primera investigación culminó en 2007 con penas de prisión para dos empleados del semanario, un periodista especializado en cuestiones de realeza, Clive Goodman, y un detective privado, Glenn Mulcaire, que vuelve a ser objeto de acusaciones con otros periodistas del dominical.

Tras el inesperado anuncio del cierre, una portavoz del primer ministro, David Cameron, afirmó que “lo que importa es que todas las malas acciones salgan a la luz y que los responsables de estos actos horrorosos sean llevados ante la justicia”. Pero del escándalo, Cameron no sale del todo bien librado, pues le detención de su ex jefe de prensa, Andy Coulson, quien fuera director de News of the World cuando se desató el caso de las escuchas a personalidades públicas, embarra de mugre la venerable “santidad” del político.

A miles de años luz con respecto al ejercicio periodístico mexicano, en el cual priva desgraciadamente el abuso de ciertos medios, capaces de inducir a la destrucción en aras del billete, el affaire de “News of the world” es una anécdota. Sin embargo, habría que meditar en los monstruos desinformados que hemos permitido.

News Corp. es un imperio mediático y de entretenimiento. Cubriendo una enorme región geográfica, cotizando en Sídney y Nueva York, el grupo se distingue por la diversidad de sus actividades, desde la televisión a los periódicos, del cine a internet, cuenta además con emblemas de la prensa conservadora como The Times y el Wall Street Journal y cotidianos sensacionalistas como News of the World y el New York Post.

Al frente del conglomerado, Rupert Murdoch, de 80 años, su presidente ejecutivo y “self made man” nacido en Australia, mantiene las riendas de un imperio de 60 mil millones de dólares en activos.

Además de la cadena Fox, el grupo News Corp. se impuso en la tv por cable en Europa (BSkyB en Gran Bretaña y Sky Italia) y en Asia, con Star TV. Murdoch también tiene intereses en el mundo editorial (HarperCollins) y en el cine con los estudios Twentieth Century Fox.

Y a pesar de todo, la justicia llegó.

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