POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
En la actualidad, gracias a la evolución tecnológica y la orientación productiva consecuente, la información es la fuente de toda la riqueza posible, lícita o ilícita. No obstante, la celeridad en el crecimiento de las fuentes para conseguirla hace imposible controlarla a favor de la integridad de individuos, instituciones y empresas.
En el aire, la Ley de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares pretende acabar con el “paraíso sin control” en el manejo de bases de datos con que cuentan las empresas privadas, con ésta se impedirá la pérdida de información en empresas e instituciones, la cual ha afectado a más de 500 millones de personas en los últimos tres años dentro de México.
Según la percepción de los expertos, 21% de los incidentes de pérdida de datos se ha dado por culpa de una persona interna en la organización.
En apego a la nueva Ley de Datos Personales, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) se encargará de vigilar que todas las empresas cumplan con esta norma y buscará impedir que bases de datos en poder de particulares se vendan en mercados negros.
Por ataques cibernéticos y fugas de la información desde 2007 a la fecha, han sido afectados alrededor de 250 millones de personas en todo el mundo, según los cpalculos especializados.
Sólo en 2010 dieron a conocer que más de 10 millones de mexicanos perdieron o les fueron robados datos de su identidad.
Lina Ornelas, directora general de Autorregulación de Datos Personales del IFAI aseguró que este organismo sí publicitará, a diferencia de otros países, el nombre de las empresas que sí cumplen con la protección de los datos personales y cuáles no.
Es por todos sabido que en México existe un mercado negro importante de venta de bases de datos el cual deberá terminar con la aplicación de esta ley.
Para la funcionaria “Hay un mercado negro de la información. Porque no había ley que multara este delito. Ahora el marco legal es robusto. Los ojos del mundo están puestos en México, porque el modelo de ley es de los más avanzados pues no impide el flujo de datos entre países y entre empresas”.
El IFAI apuesta a un modelo de autorregulación y no uno de sanción.
Por si las dudas, desde el 6 de julio de 2011, fecha en que entró en vigor la obligación que marca la ley, empresas locales comenzaron a presentar amparos para tener más tiempo a modo de cumplir con el “aviso de privacidad”.
Fuera de estas maniobras, cualquiera puede ingresar a la Red y buscar “venta de bases de datos”, determinando precio, nivel socioeconómico, ubicación geográfica y hasta formato de compra.
Es difícil que la normatividad aniquile en su totalidad el mercado negro de datos, pero por tratar no se culpa.
La exhibición pública de las empresas que no protejan bases de datos, en el mejor de los casos, podría motivar oportunidades de competencia para las que sí se apegan a ley.
Vale la pena señalar que se debería comenzar con los bancos y la comprobación de su eficiencia en cuanto al manejo de datos y las operaciones oscuras en la venta de bases, que ellos comenzaron.
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