POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Aunque una nube no haga aguacero, los Estados Unidos, hasta que quisieron, tratan de taparle el ojo al macho y ponen un poco de su parte para evitar que la bronca mayúscula del crimen organizado en México salte la frontera.
En una acción que busca atajar el tráfico ilegal de armas hacia México, el Departamento de Justicia estadounidense anunció nuevas normas para regular la venta de rifles de asalto a compradores frecuentes en los estados fronterizos de Texas, California, Arizona y Nuevo México.
“Esta nueva norma, diseñada solamente para los casos de ventas múltiples de rifles (de asalto) a la misma persona en un periodo de cinco días, mejorará la habilidad de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF) para detectar y desmantelar redes de tráfico de armas que son responsables de desviar armamento desde el mercado legal hacia organizaciones criminales”, dijo James Cole, subprocurador de justicia.
Las armerías tendrán ahora que avisar al gobierno federal cuando detecten compradores frecuentes de rifles de alto poder. La nueva norma será aplicable en el caso de compras de rifles semiautomáticos que tengan cargadores desmontables y un calibre superior a .22. El Departamento de Justicia calcula que este nuevo sistema generará 18 mil reportes al año.
El requerimiento afectará a casi 8 mil 500 armerías distribuidas a lo largo de la frontera con México, en donde, según datos de la ATF, casi 30% de las ventas de armas de asalto son realizadas por compradores frecuentes o testaferros.
La decisión del Departamento de Justicia intenta salir al paso del fallido operativo Rápido y Furioso, que habría permitido el trasiego ilegal de casi 2 mil armas de asalto entre 2009 y 2010, bajo la mirada impasible de agentes federales de Estados Unidos y de la agencia antinarcóticos DEA y el FBI, según las acusaciones vertidas por el director en funciones de la ATF, Kennet Melson.
La nueva medida ha sido duramente criticada por defensores de la segunda enmienda y la poderosa industria de las armas, como el congresista republicano por Texas Lamar Smith, quien acusó a la administración de “hipocresía” por establecer una medida que buscará reducir el tráfico ilegal de armas después de estallar el escándalo por el fallido operativo Rápido y Furioso, que ha causado la muerte de al menos dos agentes federales de EU y un indeterminado número víctimas en México.
“Es el colmo de la hipocresía que la administración Obama restrinja los derechos a comprar y poseer armas de los ciudadanos de estados fronterizos, cuando la propia administración permitió el tráfico de armas hacia México”, dijo Smith, al rechazar que limitar la segunda enmienda vaya a resolver el tráfico de armamento que va a parar a manos de los cárteles de la droga.
El anuncio del Departamento de Justicia es considerado una acción inevitable a raíz del escándalo desatado por el operativo; irónicamente, la nueva regulación es la última de las consecuencias que buscaban quienes desde el Partido Republicano han exigido la renuncia de altos cargos de ATF a quienes se responsabiliza por el desastroso esquema de tráfico de armas que ha dejado en evidencia a la administración Obama y ha provocado un serio problema en las relaciones con México.
Apenas en enero pasado, la Casa Blanca postergó su decisión para implementar un mecanismo que obligaría a las armerías fronterizas a reportar la venta múltiple de armamento. La decisión es una revisión en toda regla de esa medida que, al parecer, ha sido apurada en medio de una tupida lluvia de críticas y de las investigaciones que realizan tanto el Departamento de Justicia como el Congreso para esclarecer las responsabilidades en la operación Rápido y Furioso.
La determinación pondrá a dólar los jaloneos políticos en los Estados Unidos, sin embargo, que quede constancia que se centra únicamente de regular la venta de rifles de asalto; el resto del armamento no tiene control; tampoco es cosa de quebrar el negocio, ¿no cree, usted?
No hay comentarios:
Publicar un comentario