POR.- EL DODO DE HUMOR NEGRO
Cosas de la vida, Angola, país africano exótico para un amplio sector del orbe, saltó a los titulares de los medios sin caer en el recurrente tinte dramático habitual en las noticias provenientes de ese continente.
La Miss Universo 2011 es Leila Lopes, mujer de color, angoleña, de 25 años y 1.79 metros de estatura.
Tras casi 13 meses de reinado de Ximena Navarrete, mexicana, entregó la corona de Miss Universo a la representante de Angola.
La final del certamen se llevó a cabo, el 12 de septiembre de 2011, en el Credicard Hall, en la ciudad de São Paulo, Brasil, país en el que estaban concentradas las 89 participantes desde el 21 de agosto.
La conducción corrió a cargo de los presentadores Natalie Morales (Today) y Andy Cohen (Watch What Happens Live).
Leila había destacado en las etapas de traje de baño y vestido de noche, donde los jueces calificaron tanto su belleza física como su porte y elegancia, pero la ronda de preguntas fue decisiva para obtener el triunfo
Ella respondió a un cuestionamiento de Lea Salonga (actriz filipina ganadora de un premio Tony), sobre lo que cambiaría de su aspecto físico, si pudiera; respondió: "Estoy muy satisfecha con lo que Dios me dio y no cambiaría nada; tengo una gran belleza interna, con los principios que me ha inculcado mi familia y así viviré toda mi vida. Le aconsejaría a todos que se respeten unos a otros".
El jurado que eligió a la nueva reina de belleza, además de Salonga, estuvo integrado por Helios Castroneves (piloto de carreras brasileño), Connie Chung (presentadora de televisión china-estadounidense), Isabeli Fontana (top model brasileña), Vivica A. Fox (actriz y productora de televisión estadounidense), Adrienne Maloof-Nassif (actriz estadounidense) y Amelia Vega (Miss Universo 2003).
Los números musicales corrieron a cargo de Claudia Leitte y su estilo pop durante el desfile de traje de baño, interpretando el tema Locomotion; por su partel, Bebel Gilberto, hija del legendario cantautor Joao Gilberto, le aportó un toque de bossa nova electrónico a la pasarela en vestido de noche, con el tema Close your eyes.
Antes de entregar su corona, Ximena Navarrete compartió un mensaje con los asistentes, agradeciendo por los meses de trabajo a Donald Trump, dueño del concurso, a quien calificó como el mejor jefe que existe, y a su mamá, quien fue su gran apoyo durante el tiempo que fue la representante de la belleza mundial.
La representante mexicana, Karin Ontiveros, se quedó en el camino, pues no pudo colocarse en el grupo de las 16 finalistas; Lupita Jones, directora nacional de Nuestra Belleza México, horas antes de la final había tuiteado que tenía esperanzas en que la jalisciense obtuviera un buen lugar: "Buenos días a todos, hoy es el gran día, a disfrutar y esperar lo mejor para Karin; les comparto esta frase de Cervantes: en la lengua consisten los mayores daños de la vida humana, sean nobles con su palabra, no ofendan, ni lastimen, con eso no se gana. Besos"; señaló.
Por su parte, Cynthia De la Vega, quien en julio pasado fue destituida como Nuestra Belleza Mundo 2010 y quien convivió con Ontiveros durante su estancia en la ciudad de México, señaló, también en Twitter: "Karin, lo hiciste excelente y te veías hermosa. Te adoro. Lo bailado nadie te lo quita".
Por primera vez en el concurso, los cibernaturas pudieron votar por sus contendientes favoritas, resultados que se pudieron ver en la pantalla de televisión; sin embargo, esta evaluación no influyó en la decisión del jurado pues, por ejemplo Miss Venezuela (Vanesa Goncalves) obtuvo 9.1 votos en el desfile de traje de baño, pero no pasó al grupo de los 10 finalistas.
Desde una óptica menos ingenua y distante de la obviedad de la farándula y el oropel, el concurso de belleza Miss Universo actual es un pálido reflejo del esplendor que alguna vez tuvo y a pesar de los esfuerzos por atraer mayores audiencias, el hecho de que para millones la exhibición de las participantes cual pasarela de feria ganadera y la promoción universal de la estupidez como ¿cualidad? femenina, han roto puentes en el relevo generacional de ausencias.
Pero, en el contexto interno de algunas naciones, estos reconocimientos fatuos le vienen bien al ánimo, aunque se esté ventilando alguna transa desde la inscripción de la concursante.
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