POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
A Robert Johnson, padre del blues moderno, no se lo llevaron los perros del infierno, si no fue envenenado en un tugurio, una noche maldita.
Esto lo dijo alguna vez David “Honey Boy” Edwards, testigo presencial del hecho y artífice de la versión definitiva de los últimos instantes de la vida del “crossroads man”.
Nacido en Shaw, Mississippi, el 28 de junio de 1915, Edwards logró a los catorce años que Big Joe Williams, otro figurón del blues, lo tomará bajo su ala y lo convirtiera en un músico itinerante, tan común en el Sur de los Estados Unidos en las décadas de los años treinta y cuarenta.
Dueño de un estilo único, como dicta el canon, David fue un guitarrista y cantante que anduvo en la brecha junto a Charley Patton, Tommy Johnson y Johnny Shines.
La vida no era simple. Se ganaba el medio sustento recibiendo maltratos de la policía, los borrachos y los típicos aprovechados. Había que curtirse y ser duro a fin de no verse superado por la injusticia. Las canciones nacían en ese entorno y en ese tono. El blues es vida y es emoción. Sangre, carajo, sangre.
El folclorista Alan Lomax grabó a Edwards para un proyecto de la Librería del Congreso de los Estados Unidos en 1942, allá en Clarksdale, Mississippi.
En esa sesión tocó “Wind Howling Blues” y “The Army Blues”. Sin embargo, no volvió a grabar hasta su nacimiento comercial en 1951, cuando dio a conocer “Who may be your regular be” para Arc Records y a nombre de Mister Honey.
No obstante, David aseguró haber compuesto otros populares blues que otros músicos se adjudicaron como: “Long tall woman blues” y “Just Like Jesse James”.
El catálogo correspondiente a los años cincuenta y sesenta suman nueve canciones en siete sesiones. Nada más.
En 1978, se lanzó al mercado el primer álbum del bluesman, grabado entre 1974 y 1977, “I’ve been around”, para la marca independiente Trix Records.
Durante 1997, la Chicago Review Press, editó “The world don’t owe nothin’”, donde Edwards contó parte de su vida hasta su llegada a la ciudad de Chicago en 1950.
Negándose al retiro, David Edwards alcanzó el reconocimiento popular al que tenía derecho y efectuó giras por el mundo, llevando el mensaje de fuerza que caracterizó su existencia.
Una insuficiencia cardiaca hizo que el 17 de julio de 2011 se cancelarán todas sus apariciones públicas.
El 29 de agosto de 2011, a la venerable edad de 96 años, David “Honey Boy” Edwards partió hacia el Mississippi eterno, esperando encontrar a los viejos camaradas de siempre.
El fallecimiento de “Honey Boy” pone fin también a la edad mítica del blues, pues fue el último de esos hombres y esas mujeres que cimentaron la saga de ese género musical.
Descanse en paz.
DISCOGRAFÍA
Who May Be Your Regular Be (Arc, 1951)
Build A Cave (Artist, 1951)
Drop Down Mama (Chess, 1953)
Old Friends (Earwig, 1979)
White Windows (Blue Suit, 1988)
Delta Bluesman (Earwig/Indigo, 1992)
I've Been Around (Savoy Jazz, 1995)
Crawling Kingsnake (Testament, 1997)
World Don't Owe Me Nothing [live] (Earwig, 1997)
Don't Mistreat a Fool (Genes, 1999)
Shake 'Em on Down (APO, 2000)
Mississippi Delta Bluesman (Smithsonian Folkways, 2001)
Back to the Roots (Wolf, 2001)
Roamin' and Ramblin (Earwig, 2008)
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