POR.-RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Como debe de ser en la práctica de una política avanzada, el 30 de agosto de 2011, El hasta entonces Secretario de Finanzas de Japón, Yoshihiko Noda, asumió el cargo de primer ministro con el desafío de completar la reconstrucción del país tras el 11 de marzo, cerrar la crisis nuclear y enderezar la compleja situación económica.
Noda, de 54 años, llega al poder en sustitución de Naoto Kan, que hizo efectiva una dimisión prometida hace más de tres meses, cuando, asediado por las críticas, aseguró que renunciaría tras encauzar la recuperación de las zonas devastadas en el noreste del país.
El gobierno de Kan dimitió en masa para permitir el nombramiento de Noda en la Cámara Baja nipona, controlada por el gobernante Partido Democrático (PD) y decisiva a la hora de designar al primer ministro.
El ex ministro de Finanzas asume el cargo con una visión política continuista de la estela que marcó Kan, quien por su parte expresó su confianza en que su sucesor consiga aplicar las reformas fiscales y de la seguridad social diseñadas por su gobierno.
Noda, al igual que Kan, asume el timón del Ejecutivo tras haber sido ministro de Finanzas, después de la dimisión de su predecesor y sin provenir de una familia de linaje político.
Su nombramiento lo convierte en el sexto jefe de gobierno en cinco años, que tiene ante sí la oportunidad de mejorar la lenta y errática gestión de Naoto Kan, lastrado por la falta de apoyos en su propio partido y cuya popularidad cayó en picado tras la tragedia del 11 de marzo.
Tras pasar el trámite de ser nombrado por el emperador de Japón, Akihito, que en sus 22 años de reinado ha visto ya pasar a 17 primeros ministros, se espera que Yoshihito Noda forme su gabinete esta misma semana.
El nuevo primer ministro hereda el escenario de un país que carga con la mayor deuda pública del mundo industrializado, de más del doble del producto interior bruto, una persistente deflación y la fortaleza de su divisa, que perjudica a los exportadores.
Para contrarrestar esta situación, Noda es partidario de una dura disciplina fiscal que cubra la costosa reconstrucción del noreste tras el 11 de marzo.
En este sentido, el nuevo primer ministro afirmó tras su nombramiento que el gobierno "debe responder conforme a las líneas básicas de la Ley de Reconstrucción", lo que hace prever que mantendrá el plan inicial de sufragar los gastos del 11 de marzo a través de la subida de impuestos.
Se espera que el Ejecutivo de Noda también presione para aplicar un aumento progresivo del IVA, actualmente en el 5 por ciento, hasta un 10 por ciento para cubrir los crecientes costes derivados de una de las sociedades más envejecidas del mundo y con mayor esperanza de vida.
La medida es muy impopular ya que amenaza con enfriar el consumo privado, por lo que se espera que Noda eche mano de pesos pesados del partido para encabezar sus principales carteras y lograr así mayores apoyos.
De momento, el jefe de gobierno ya ha apuntado a que el puesto de secretario general del PD lo ocupará el septuagenario Azuma Koshiishi, considerado uno de los hombres cercanos al poderoso Ichiro Ozawa, ex secretario general del partido.
Este movimiento estaría dirigido a conciliar las distintas facciones dentro de la formación, en la que Noda apenas tiene apoyo de base.
El nuevo jefe de gobierno también se mostró hoy partidario de buscar el apoyo de la oposición para consolidar la política fiscal, al tiempo que expresó su intención de poder aprobar un tercer presupuesto extraordinario para financiar la reconstrucción.
A diferencia de México, en donde la grilla se recicla hasta la infamia, Japón asume la emergencia nacional y actúa para resolverla en un sentido implacable de responsabilidad pública y de una honda tradición de integridad individual y colectiva.
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