POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Mientras que en la opinión pública internacional y nacional repercutían las demandas de la Marcha por la Paz, celebrada en diferentes urbes de México, el municipio de San Fernando, estado de Tamaulipas, se convirtió por segunda vez en escenario de una masacre. Autoridades federales y estatales informaron del hallazgo de al menos 59 cuerpos en ocho fosas clandestinas.
Los cadáveres fueron localizados en el ejido La Joya, en el mismo municipio donde grupos de la delincuencia organizada asesinaron a 72 centroamericanos y sudamericanos en agosto de 2010.
Las teorías de que se trataba de cuerpos de inmigrantes o de pasajeros de una línea de autobuses local, presuntamente secuestrado a finales de marzo pasado, llenaron el ambiente.
La Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas detalló en un comunicado que “con base en la denuncia de la privación ilegal de la libertad de pasajeros de una línea de autotransporte público federal, ocurrida el 25 de marzo, detuvieron a 11 presuntos delincuentes y liberaron a cinco secuestrados”.
Fuerzas federales y estatales ubicaron ocho fosas clandestinas. En las primeras seis se localizaron 11 cuerpos; en la séptima hallaron 43 y cinco más en la octava. Según el texto, se practicarán las pruebas periciales para identificar los cuerpos.
Mecánicamente, el presidente Felipe Calderón Hinojosa condenó la violencia en San Fernando e instruyó a la Secretaría de Gobernación para que analice, en coordinación con las autoridades estatales una investigación a fondo y coadyuve en las líneas desarrolladas por la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas; y dio instrucciones de acelerar, con el apoyo de los servicios periciales de la Procuraduría General de la República (PGR), los trabajos de identificación de las víctimas.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició una queja de oficio e investiga el presunto homicidio múltiple en San Fernando. Solicitó a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Procuraduría General de Justicia de la entidad, medidas cautelares para preservar los indicios y garantizar la identificación de los cuerpos.
Por instrucciones de Raúl Plascencia Villanueva, presidente del organismo, visitadores adjuntos y peritos se trasladaron al lugar del hallazgo, con el fin de asegurar que se lleven a cabo las acciones necesarias para aclarar lo acontecido y que las autoridades hagan su trabajo para dar con los responsables.
San Fernando es el municipio más extenso de Tamaulipas y uno de los más grandes del país. Es paso obligado para quien utiliza la carretera Matamoros-Ciudad Victoria.
Por ende, en tanto los funcionarios y los medios especulaban escenarios aterradores, desde la ciudad de Cuernavaca, Morelos, el escritor y poeta Javier Sicilia, llamó a los poderes del Estado, partidos políticos, iglesias, empresarios, a los capos y a las mafias de toda clase escuchar la demanda del pueblo mexicano: dignidad, paz, justicia y concordia.
“Le dije al gobernador (Marco Adame Castillo), le digo al presidente, si no pueden, váyanse. Pero hay que asegurarnos de que se vayan porque cuando alguien manda a chingar a su madre nos aseguramos de que se vaya”
En esta marcha por la paz , que convocó a más de 20 mil ciudadanos, casi una tercera parte de ellos jóvenes y estudiantes, Sicilia consideró que México ya empezó a habitar en el infierno porque los criminales, a fuerza de impunidad, han perdido sus códigos de honor.
Los ciudadanos, dijo, vivimos de la esperanza divina porque los “gobernantes y los empresarios no pueden darle ya a sus compatriotas una esperanza humana”. En México, insistió, todos somos seres desnudos, carentes de protección política y susceptibles de ser asesinados por cualquiera como si fuéramos animales.
El escritor, cuyo hijo Juan Francisco fue encontrado muerto el pasado 28 de marzo en un auto con tres amigos suyos, además de tres adultos, con sellos de tortura y asfixia, convocó a los jóvenes del país a unirse y salir a las calles porque siempre han significado la esperanza de la humanidad. “Aduéñense del presente y decidan el destino y la nación que ustedes quieran”, invitó.
Los exhortó a utilizar las redes sociales para manifestarse y exponer sus ideas para cambiar este país. Presentó la cuenta de Twitter @mxhastalamadre para expresarse.
La protesta ciudadana pintó de blanco las calles de Cuernavaca y vitoreó a Sicilia cuando en el zócalo, frente al altar que se erigió en memoria de las víctimas, tildó de omiso al gobierno de Morelos y emplazó al mandatario Marco Adame y al presidente Felipe Calderón a esclarecer los crímenes en una plazo de una semana.
“Si no los presentan (a los responsables) convocaremos a una marcha nacional en la ciudad de México exigiendo la renuncia del propio gobernador y el alto impostergable a esta absurda guerra, en donde la inmensa mayoría de los muertos los ha puesto la sociedad civil”, advirtió.
El escritor decidió quedarse en plantón permanente en la ofrenda luctuosa hasta el 13 de abril porque, dijo, no es suficiente el informe que le dio la Procuraduría General de Justicia sobre la identificación y búsqueda de dos presuntos responsables del múltiple homicidio.
“Los asesinos permanecen libres y se desconocen los móviles de este asesinato irracional”.
Los DODOS hemos insistido en la irracionalidad del gobierno federal al mantener una guerra, en apariencia contra el crimen organizado, que ha devenido en una masacre en todos los frentes de la sociedad. Es imposible permanecer callados frente al crecimiento de la desgracia y, en especial, cuando un presidente, en minúsculas, decide agarrarse de ese madero ardiendo para mantener un poder que terminará por tragárselo.
Es innombrable que en aras de México, un burócrata retorcido, haya metido al país en una catástrofe y que impunemente, tan pronto acabe sus funciones, ese criminal se marche a esconderse en el último rincón de la tierra.
Estamos viviendo el sexenio más sangriento de nuestra Historia reciente, bajo tiempos de paz, sin embargo, aun falta mucho por hacer para que los ciudadanos en pleno se manifiesten y recobremos la nación arrebatada.
El tiempo y la paciencia están en nuestra contra.
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