viernes, 15 de abril de 2011

APUNTES: LOS DERECHOS HUMANOS MEXICANOS, SEGÚN LOS ESTADOS UNIDOS

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Primero azuzan al presidente de México para que comprometa a la Nación entera en una guerra enloquecida contra el crimen organizado. Después, dependiendo del momento político, aplauden o chiflan las decisiones ejecutivas. Por último, una vez aventada la piedra, esconden la mano y aseguran que lo que sucede en la casa del vecino sur, no es su problema y lo censuran.

Cada año, la Secretaria de Estado entrega un informe al Congreso detallando las condiciones de los derechos humanos en países alrededor del mundo. El informe proporciona un vistazo panorámico de las condiciones en cada país e incluye amplia información que a menudo afecta la creación de políticas estadounidenses.

Estados Unidos toma muy en serio su compromiso a promover el respeto a los derechos humanos, y considera que el monitoreo y cobertura de las condiciones de un país son una parte importante de ese compromiso. Estos informes son un elemento esencial de los esfuerzos de Estados Unidos por promover el respeto a los derechos humanos alrededor del mundo.

Bajo la ley de Estados Unidos, la Secretaria de Estado debe entregar anualmente al Congreso un “informe completo y detallado acerca del estado de los derechos humanos reconocidos internacionalmente en países que reciben apoyo o que son miembros de las Naciones Unidas”, esperando que el Informe de Derechos Humanos promueva los esfuerzos mundiales por acabar abusos y ayude a fortalecer la capacidad de los países de proteger los derechos humanos.

Tres tendencias destacables en el Informe de Países 2010 incluyen: aumento de restricciones a la sociedad civil; crecimiento dramático en el uso de Internet, teléfonos móviles y otras tecnologías de conexión que permiten la comunicación instantánea a miles de millones de personas alrededor del mundo; y el continuo crecimiento de la violencia, persecución y discriminación oficial de miembros de grupos vulnerables, usualmente minorías étnicas, raciales, religiosas o mayorías impotentes.

En el apartado correspondiente a México, cuarenta páginas, el Informe destaca que el Ejército mantiene su resistencia a una política de rendición de cuentas por un sinnúmero de denuncias relacionadas con asesinatos, maltratos, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas.

Según el reporte, dado a conocer por Hillary Clinton, titular del Departamento de Estado, en 2010 México también afrontó “corrupción, ineficacia y falta de transparencia, que engendró la impunidad dentro del sistema judicial, confesiones forzadas mediante la tortura, y violencia y amenazas contra periodistas, lo que conllevó a la autocensura”.

Se menciona también la preocupación de organizaciones defensoras de derechos humanos por el abuso de la figura del arraigo, que fomenta la práctica de la tortura, y por la vulneración al principio del debido proceso.

Aunque destaca los esfuerzos de la Secretaría de la Defensa Nacional por inculcar entre sus efectivos la cultura de defensa de las garantías individuales y por aceptar las quejas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, lamenta que los resultados todavía son muy limitados.

El Departamento de Estado recuerda “casos particulares”, como los homicidios de Jorge Antonio Mercado y Javier Francisco Arredondo, estudiantes del Tecnológico de Monterrey, y de los niños Martín y Brayan Almanza, en Tamaulipas, en los que, apunta, han habido escasos resultados o avances en las investigaciones.

Al respecto, Michael Posner, subsecretario adjunto para Derechos Humanos, afirmó: “Nosotros hemos animado (a las fuerzas armadas de México) a actuar con una mayor transparencia y a poner un mayor atención en los casos donde haya denuncia de violación de derechos humanos”.

Estados Unidos está preocupado, añadió, “por el hostigamiento a activistas de las garantías individuales en México en el contexto de la lucha contra por el crimen organizado”.

Por ello, opinó que los militares deben volver a mediano o largo plazo a los cuarteles. “Creo que es justo decir que el Ejército no está feliz en ese papel” de vigilancia en las calles, indicó.

En su recuento anual, el Departamento de Estado señala que “durante 2010 la CNDH recibió mil 415 quejas contra la Sedena y emitió 22 recomendaciones”.

Le sigue la Policía Federal, que acumuló 595 quejas, de las cuales 384 fueron consideradas como casos de violación a las garantías por “detenciones arbitrarias” y un “tratamiento cruel e inhumano”.

Continuaron, por supuesto, los problemas sociales relacionados con la violencia doméstica, asesinatos de mujeres, tráfico de personas, trabajo infantil y discriminación social y económica contra miembros de poblaciones indígenas, agrega.

En el informe, que abarca la situación de los derechos humanos en 192 países, se añaden las preocupaciones sobre la práctica de la tortura, aunque se reconoce que el gobierno mexicano se ha empeñado en implementar medidas preventivas.

El golpe bajo de la administración Obama a los aires mesiánicos de Calderón, cocurre en el contexto de una pugna electoral que hizo saltar a los partidos políticos a defender las ambiciones, desde el aberrante servilismo al gobernante hasta la irresponsable anarquía del radical usurero.

Si tal es la preocupación de Washington, entonces por qué le dan alas a los enanos y después los cachetean en público.

Hablen claro, chingao.

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