POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
La ignorancia se paga. Aun en el delito es esencial conocer la ley. Por esa peculiar actitud de los mexicanos a ignorar datos básicos, al viajar al extranjero y cometer o caer bajo sospecha de ilícitos, el problema es insalvable por la rigurosidad de las leyes y el exacto funcionamiento del sistema penal.
En una década casi 20 mil mexicanos han sido detenidos en el extranjero, acusados de delitos de narcotráfico, 90% de ellos, en Estados Unidos.
De 2010 a la fecha ya suman más de 2 mil hombres y mujeres que están bajo proceso en diversos países por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, y en los últimos años se han incrementado los casos en naciones asiáticas.
Daniel Hernández Joseph, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), dio a conocer la estadística de connacionales detenidos por delitos contra la salud en otros países —de 2001 a la fecha—, de los cuales 10.7% son mujeres.
En entrevista con Silvia Otero de EL UNIVERSAL, dijo que más allá de las cifras, cada caso es un desafío para el sistema de protección consular mexicano cuando un connacional solicita esta intervención, ya que sin prejuzgar su inocencia o culpabilidad, el reto es garantizar que sea procesado conforme a derecho, que no existan anomalías o tratos diferenciados por su condición de extranjero, que tenga un juicio apegado al sistema legal del país en el que enfrenta cargos.
El embajador detalló que de los mexicanos detenidos en el exterior “el ilícito más común en todo el mundo es el delito contra la salud”, por actividades ligadas con el narcotráfico.
“Las cifras no dejan de ser preocupantes”, reconoció. En la última década la Cancillería —a través de sus embajadas y consulados— ha documentado 19 mil 636 casos de compatriotas detenidos por estos cargos, entre los que están 2 mil 113 mujeres; aunque de la cifra global la mayoría se registraron en Estados Unidos con 17 mil 756 casos.
La tendencia va en aumento, al considerar que sólo de 2010 a la fecha, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha contabilizado 2 mil 335 aprehensiones de mexicanos, mil 814 en la Unión Americana. Todos estos inculpados están hoy sujetos a proceso penal, y entre ellos hay 245 mujeres.
Existe una importante incidencia de mexicanos detenidos por narcotráfico en países como España, Alemania, Italia, Colombia, Panamá o Perú.
Sin embargo, el embajador refirió que “estamos viendo algún incremento en países asiáticos”, pues de 22 reportados en Japón nueve fueron aprehendidos en 2010; otro caso se registró en China, uno más en Tailandia y tres vigentes en Malasia.
Hernández Joseph detalló que “los casos son complicados porque tenemos que entrar a una diversidad de países, sistemas jurídicos distintos y eso nos obliga a dar una atención diferenciada en cada caso”, además de los desafíos que representan el idioma, las diferencias culturales, y en ocasiones como ocurre en Estados Unidos “hay una gran cantidad de prejuicios hacia nuestra gente y debemos garantizar que éstos no sean utilizados o incidan en los procesos judiciales”.
Explicó que “nuestra labor de protección es asegurarnos que haya un debido proceso legal, que el mexicano acusado de un delito en el extranjero, sin prejuicio de su inocencia o culpabilidad, tenga acceso al mismo sistema de justicia al que tienen acceso los nacionales, y no por ser extranjero esté en desventaja ante un sistema legal que le es completamente ajeno”, por lo que se le brinda asistencia jurídica y en caso de requerirlo por su condición económica se le facilita un abogado.
Aunque algunos creen que es obligación del gobierno obtener la libertad de un mexicano preso en el exterior, el embajador dejó en claro: “Nuestra responsabilidad es asegurarnos que tengan el mismo acceso a la justicia que un ciudadano local, y si al final son sentenciados y hay un debido proceso se cumplió el objetivo, no es nuestra responsabilidad ayudar a la gente a evadir a la ley”.
Reconoció que el número de connacionales detenidos en el extranjero puede ser incluso mayor que los documentados por la SRE, ya que “la protección se da a petición del interesado, y la Convención de Viena no obliga a ningún país a informarle a México cuando detienen a un connacional, a lo que están obligados es a decirle que tienen derecho a comunicarse con su cónsul y facilitarle esa comunicación”.
Países como Canadá, por sus leyes de protección de datos y privacidad, se niegan a informar si tienen a un mexicano detenido en sus prisiones, sólo hasta que éste autorice por escrito que se entregue la información al consulado o la embajada.
No obstante, el planteamiento omite aclarar el origen del problema que es precisamente, el ejercicio del delito de los mexicanos en tierras ajenas y la ingenuidad irresponsable de, una vez metidos en problemas, invocar a la Patria auxilio y protección.
En consecuencia, antes de tentar al diablo, sería inteligente de nuestra parte estudiar las normas y evitar, como lo hacen los delincuentes “profesionales”, naciones que no se andan con fregaderas y la dejan caer a diestra y siniestra.
El desconocimiento de la ley, no minimiza nada: ahonda la gravedad del destino.
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