POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
La guerra empresarial por el sector de telecomunicaciones entró en una etapa distinta. El presidente de MVS, Joaquín Vargas, anunció que formó un consorcio con Alestra, Clearwire e Intel para ofrecer servicio de internet móvil de banda ancha con conexiones hasta 20 veces más rápidas de las que hay en el mercado mexicano, a precios 50% más bajos
Se trata de una inversión de alrededor de mil millones de dólares entre los operadores participantes, y será una red abierta que podrá usar cualquier empresa que tenga autorización del gobierno para ofrecer servicios de banda ancha móvil.
“El consorcio está listo, pero está detenido porque Hacienda no fija la contraprestación que debemos pagar por el uso y explotación del espectro, bajo el argumento de que la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) no ha emitido los lineamientos técnicos de la banda 2.5 GHz”, dijo.
Este espectro fue otorgado originalmente para ofrecer el sistema de televisión restringida por microondas, pero el desarrollo tecnológico le permite ahora la provisión de servicios de banda ancha, pero el gobierno no ha autoriza a MVS este uso porque dice que tendría que decidir si deja a MVS la operación de los 190 MHz que posee en esta banda, o si lo recupera para licitarlo.
Operadores de telecomunicaciones han cuestionado que si se deja a MVS la totalidad del espectro asignado se permitirá una acumulación excesiva que pondría en riesgo la competencia, por lo que Vargas aseguró que el modelo del consorcio concesionario elimina esta posibilidad porque al existir un consorcio concesionario se democratiza el capital al haber por lo menos cinco accionistas con 20% de participación accionaria cada uno.
Para evitar conflictos de interés entre los socios, la red será operada por una compañía tecnológica independiente, que podría ser Ericsson, ZTE o Huawei, que se encargará de proveer la capacidad a las empresas interesadas en hacer uso de esta infraestructura y que fungirá ante el gobierno federal como fiduciario para garantizar el cumplimiento de las obligaciones y compromisos.
La Comisión Federal de Competencia (CFC) dio respuesta en noviembre de 2010, a una consulta solicitada por MVS, en la que concluyó que el proyecto es pro competencia y que el costo de oportunidad de no hacerlo es mas alto que lo que se pretende recaudar.
“Llegó el momento en que no podemos ofrecer nada más al gobierno, no podemos agregarle más al proyecto para que esto sea realidad. Es un consorcio concesionario de mínimo 5 accionistas, pueden sumarse más, se trata de sumar a todas las empresas pequeñas y pelear en una sola red”.
El problema para el uso de este espectro se generó en 2008 cuando la Cofetel, en ese entonces presidida por Héctor Osuna, decidió de manera arbitraria e ilegal revertir su decisión original de emitir opinión favorable a la SCT para prorrogar las concesiones correspondientes a dos títulos de concesión, equivalentes al 12% del espectro operado por MVS.
Osuna, en octubre de 2009, justificó que se planeaba licitar la banda de MVS y en febrero de 2010 la SCT negó la renovación de las concesiones y declaró la terminación de la concesión del Canal 52, pese a haber cumplido con los requisitos establecidos en la ley.
Este conflicto produjo la promoción de 120 amparos por parte de MVS, los cuales se han ido ganando, y al mismo tiempo, la empresa ha puesto sobre la mesa propuestas para destrabar el problema, pero el gobierno no da respuesta.
Para este proyecto se solicitó la homologación de los títulos de concesión, con vigencia de 20 años y con autorización de dar servicios móviles, con la misma cobertura. Entre los compromisos que ofrece el consorcio destacan cobertura social, como otorgar gratuitamente el servicio a hospitales y universidades públicas y llegar a zonas rurales.
Obviamente, la acción se traducirá en reacciones fuertes del oponente monopólico que cuenta, además del respaldo gubernamental, con recursos para sostener una campaña decida a no perder concesiones.
La imposición hegemónica en el mercado cuesta, no obstante, los contendientes apuestan, en esta temporada electorera, por la necesidad de la política para conseguir alianzas estratégicas a cambio de poder.
En esta subasta de primerísimo nivel no se vale especulaciones, y quien destrabe la operación, no sólo se llevará una fortuna, sino se alineará directamente a la bendición del próximo sol sexenal.
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