POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Algunos Dodolectores y Dodofanes, además de experimentar la terrible realidad de todos los días, recientemente le han agregado la espantosa sensación del rompimiento sentimental. Como nadie escarmienta en cabeza ajena y menos en el corazón, comparto una vieja historia de amor y el cierre de círculos, deseando que la respuesta que buscan los ex amantes pronto arribe a sus mentes.
El DRAGÓN Y LA DONCELLA
No te perturbes en explicar
el amor y la idiotez son incurables,
decidiste y está bien.
No hagamos un culebrón,
una canción equivocada,
yo te deseo, tú no.
El empieza a vivir
y yo voy de salida,
en diez años
no se quién
enterrará a quién;
es inevitable pero justo.
No llores por llorar,
mejor evoca los buenos tiempos
y el discreto encanto
de haber sido felices
por un ratito.
Te falta mucho por comparar,
yo voté por ti y heredo
dos abrazos fraternales,
un beso en la mejilla
y las hombreras húmedas
de mi cazadora camuflajeada.
Retengo tu juventud casi inocente,
las pláticas insomnes a deshoras,
tu primera aparición pública
en un vestido escotado
y los accesorios que anunciaban
tu sexualidad decidida.
No te compliques,
en el teorema de la existencia
el azar juega suerte;
mi apuesta duplicada
es aplastada por el monto
de la ensoñación que necesitas.
Sonríe
y que tu sonrisa me despida,
la hecatombe de este momento
es el inicio del desprendimiento,
corre al fuego y no te quemes,
el embrión del dolor te fue transmitido
en el primer beso aceptado.
No te compliques
en asumir responsabilidad
tan pronto y des la vuelta
estaré en tu pasado,
albergando la imagen
de quien eres, nada más.
1 comentario:
Uff, que fuerte y elocuente está. Un par de ajustes y hasta podría fusilármelo para dedicarlo a mi situación en tu nombre Raúl.
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