POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
El actual líder del Partido Conservador, David Cameron, se convirtió ayer martes en nuevo primer ministro del Reino Unido después de que la reina Isabel II, siguiendo el protocolo correspondiente, le encargara la formación de un nuevo Gobierno.
El nombramiento de Cameron, ganador sin mayoría absoluta de las elecciones generales del 6 de mayo, se produce después de que el jefe del Ejecutivo, el laborista Gordon Brown, presentara su dimisión del cargo.
Brown presentó la renuncia a la reina Isabel II e invitó al líder de la oposición, el conservador David Cameron, a formar un nuevo Gobierno, cinco días después de las elecciones.
El renunciante, junto a su esposa Sara, después de una ceremonia oficial frente al número 10 de Downing Street, residencia del primer ministro británico, se trasladó al palacio de Buckingham para reunirse con la reina Isabel, trámite indispensable antes de invitar al líder conservador a formar un gobierno de coalición; proyecto en el que trabajaron las comisiones negociadoras del Partido Conservador y el Partido Liberal Demócrata.
Con tres años de Brown como jefe del Gobierno y 13 años de Primeros Ministros laboristas en Londres, desde que Tony Blair ganó las elecciones al conservador John Major en 1997, la fórmula política se gastó y movió la balanza al otro extremo del espectro político que sin aplastantes números llega el poder envuelto de un escepticismo generalizado aunque, dadas las circunstancias internas del país, se le dé el beneficio de la duda.
Como es usual, el líder laborista saliente ventiló la posibilidad del retiro político y la renuncia a su acta de miembro del Parlamento, obtenida en las elecciones del jueves pasado.
Gordon Brown, de 59 años, ha pasado la mitad de su vida metido en política y ha vivido en Downing Street durante los últimos 13 años, una década como ministro de Economía en el número 11 de la calle y los otros tres como primer ministro en el número 10.
Sin embargo, los últimos treinta y seis meses fueron capitales en su caída del cargo al propiciar y legar la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, frente a la derrota sostuvo que el Reino Unido es un país más tolerante, más verde, más democrático, más próspero y más justo, entonces el porqué del derrumbamiento de su gobierno.
David Cameron, nuevo inquilino de la residencia oficial del Primer Ministro, tendrá que resolver la transición gubernamental y la definición de alianzas partidistas antes de pensar en verdaderas decisiones sobre la fragilidad productiva de la Isla.
Un dato curioso: Cameron, a los 43 años es el Primer Ministro británico más joven desde que Lord Liverpool ocupó el cargo en 1812.
En diversas ocasiones, Cameron propuso un alejamiento del radicalismo conservador del thatcherismo para encontrar un justo medio en la derecha que facilite el bienestar social sin perder la fuerza del gobierno.
Desgraciadamente, la movilidad práctica que vive el continente europeo requiere de acciones inmediatas a fin de evitar mayores raspaduras y poner en abrigo los intereses capitalistas del Reino Unido. Por lo que, en las próximas semanas se constará la honestidad de las palabras de cara a las demandas populares de mejores condiciones financieras.
Un punto interesante por venir es el de las relaciones internacionales del Reino Unido y los Estados Unidos, cuando por resultados electorales, el conservadurismo y el liberalismo reafirmen el pacto histórico de pertenecer a la misma familia.
Nota.- Información tomada de EFE
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