A TÍTULO PERSONAL: NO ME INTERESA SU CIELO

Por.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Con información de EFE, EL UNIVERSAL e INTERNET


El portal de Internet “Pontifex Roma” publicó el miércoles dos de diciembre de 2009 los comentarios del cardenal mexicano y ex ministro vaticano de Salud, Javier Lozano Barragán, donde, apoyándose en las tesis del tergiversador del cristianismo original. Pablo de Tarso, afirma que los transexuales y los homosexuales jamás entrarán en el Reino de los Cielos.

A juicio del sacerdote de 76 años, congelado en las tinieblas de la reacción, sostiene que “no se nace homosexual, sino que se vuelve la persona, por motivos de educación, por no haber desarrollado la identidad propia en la adolescencia”, es decir, que los gays no nacen, se hacen.

En un gesto conciliador torpe continúa "Tal vez no son culpables, pero actuando contra la dignidad del cuerpo, por supuesto que no entrarán en el Reino de los Cielos. Todo aquello que consiste en ir contra la naturaleza y contra la dignidad del cuerpo ofende a Dios".

En el colmo del atropello al sentido común y sin pedirle peras a otros fundamentalistas de otros credos, el prelado calificó el uso de la pastilla abortiva como “asesinato”, porque la vida es sagrada e inviolable, y nadie puede manipular a su antojo la voluntad de Dios.

Cerrando filas, el vicario episcopal de la ciudad de México, Jonás Guerrero Carmona, lamentó la falta de objetividad de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal al apoyar la iniciativa que permite el matrimonio de dos personas del mismo sexo.

"Para nosotros, como Iglesia católica, es muy claro el asunto, es sabido por todos cual es nuestra postura; matrimonio es realmente la unión de un hombre y una mujer abiertos a la vida, y jamás alguien o algunos del mismo sexo podrán dar vida. Jamás un hombre con un hombre ni una mujer con una mujer podrán dar hijos, por eso creo que ya era suficiente con las sociedades de convivencia y que se utilice la palabra matrimonio para lo que es realmente".

No conforme con esa declaración distintiva de la cerrazón casi primitiva de los curas, Jonás Guerrero se lanzó a resaltar que en el Distrito Federal existen muchos signos de muerte, entre los que se encuentra el aborto, pero también el desprecio a la vida y la posibilidad, actual, de que se legalice la eutanasia, tema en el que prevé que los legisladores carezcan de la objetividad indispensable para proporcionarle a la sociedad lo que dictan sus creencias.

Como es sabido la Asamblea de Representantes del Distrito Federal tiene en la mira la discusión de la figura jurídica del matrimonio entre personas del mismo sexo en consideración a una prerrogativa de los derechos humanos y democráticos de una ciudadanía mayor de edad y libre. Por ende, las palabras del vicario episcopal tienen una dosis de advertencia de parte de la Derecha y la Extrema Derecha que harán hasta lo imposible para evitar que la Ciudad de México se convierta en una antesala del infierno.

Enarbolando la bandera de la libertad de expresión y credo, el ministro católico pidió que la Asamblea escuche otras voces no identificadas con las causas que espantan a los mochos y a las devotas de la vela perpetua.
Tanto Javier Lozano Barragán y Jonás Guerrero Carmona son ejemplos distinguidos de la simplicidad de cómo una institución supuestamente al servicio de Dios puede descalificar a miles de seres humanos en el mundo y el país por una preferencia sexual, como si el Creador estuviera al tanto del uso que la humanidad hace de sus verijas.

En lo personal tengo amigos y amigas gays, (como adversarios de la misma línea), que son como cualquier persona que se presuma y que, honestamente, dignifican mi fe en la salvación de los mortales. Para mí, GAY es una forma respetable de existir en la misma proporción y reciprocidad que mis amistades respetan mi heterosexualidad.

El Dios en el que creo, y que no necesita intermediarios porque es un Dios de Paz, primero expulsaría de sus dominios a los curas pederastas, hipócritas, ambiciosos, pérfidos, embusteros y cobardes, antes que detener a hombres y mujeres que viven sin aprovecharse o pisotear a alguien.

Por ende, estoy de acuerdo con trabajar socialmente para alcanzar la igualdad jurídica sin importar la condición sexual, y que los sentimientos de dos individuos del mismo sexo tengan la misma protección legal que gozamos mi pareja y yo.

Asimismo defiendo la libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo sin consultar a segundos y terceros.

Y si esos buitres con sotanas expulsan a los diferentes del cielo, que me expulsen con ellos, pues no necesito su Cielo ni la prostitución que la Iglesia Católica ha hecho del legado de Cristo.

La heterosexualidad, doctores en Teología, no garantiza nada, ni siquiera la vida, que es una decisión de pareja, no basta con oraciones y bendiciones para obrar el milagro.

Así que yo me quedo con mis amigos gays, y los acompañaré en está lucha por su dignidad, y juro que Dios está de nuestro lado; no de quienes escudados en una institución anacrónica han violentado las vidas de niños y jóvenes creyentes que los supusieron modelos de conducta.

Desconfía de un hombre con enaguas negras que se dice representante de Dios en la tierra.

ATENTAMENTE

UN EXPULSADO VOLUNTARIO DEL CIELO CATÓLICO