Por.- EL DODO DJ
El 23 de noviembre de 2009, el sello discográfico Zyco Music, filial de Columbia Records, lanzó al marcado mundial el disco compacto “I dreamed a dream”, cantado por la escocesa, Susan Boyle, campeona sin corona del concurso televisivo inglés de talentos “Britain’s Got Talent” de este año.
La noticia, en sí irrelevante, se convirtió en un tema de discusión mundial por las características y el carisma de esta mujer madura, nacida Blackburn, West Lothian, Scotland, en 1961, que hizo posible el sueño de millones de perdedores en el orbe: quince minutos de fama y rating, altísimo rating.
Sin mucho que ofrecer, según los estándares del negocio del espectáculo, Susan Boyle respaldada con una voz peculiar, bonita pero, sin mucho concepto, se convirtió, gracias a la burla inicial de los jueces del concurso y su conversión a la causa, en un fenómeno mediático, desde Internet hasta el último de los medios de información posibles.
De la noche a la mañana, la Tierra supo de Susan Boyle y los admiradores surgieron por generación espontánea, ignorando que la señora había grabado algunos demos en 1999 sin pena ni gloria ni pago, precisamente por la falta de atractivo físico obligado para las ¿cantantes? de la actualidad.
Las apuestas daban por ganadora absoluta a Susan Boyle del concurso, pero le ganó un grupo juvenil multirracial de baile acrobático y ¡cantó!. La Cenicienta perdió y los los chamacos, probablemente, retornen al anonimato.
Las expectativas de la crítica y el público eran altas para el primer trabajo profesional de Boyle. La grabación de doce tracks da una muestra completa que no es lo mismo atender al fenómeno en vivo, que a ponerlo en manos de productores, músicos, arreglistas e ingenieros experimentados.
El disco es plano; basta una canción para darse cuenta por dónde va la cosa. “Wild Horses”, canción emblemática del sentimiento de Mick Jagger y Keith Richards, con una ayudadita del fallecido Gram Parsons, en la interpretación de Susana se escucha bien, pero pierde la garra que un clásico del rock jamás se permite.
“I dreamed a dream”, punto álgido del musical de Los Miserables y el gran hit de presentación en “Britain’s Got Talent”, en esta versión pierde la vitalidad de aquella noche memorable y transcurre, mostrando donde los responsables del proyecto metieron la manota, mezclando el punch orquestral con una voz inmutable. A la señora se la comió el nervio y no se movió un milímetro de lo que sabía hacer casi por intuición: cantar por la voluntad de Dios.
Y podríamos comentar canción tras canción, sin embargo, es innecesario. El disco de Susan Boyle es un premio para sí misma y para la gente que se identifica con ella, la horda de soñadores que mueren sin realizar uno solo. Todos contentos y nadie espera a una superestrella.
Es evidente que la estrategia de mercado es aprovechar la temporada navideña y colocar un éxito en listas. No obstante, tras escuchar el cd varias veces, el escucha nota el limitado manejo de la voz de Boyle y la insistencia de la producción en no salirse de la fórmula probada. Tal vez con un repertorio mejor escogido y trabajado, la cantante hubiera tenido una oportunidad. Así, es simplemente el título de compromiso; el regalo de último momento para los familiares cursis que nos caen gordos.
Por ello, aunque el lanzamiento en sí fue irrelevante, tenía que comentarlo.
Honestamente, los DODOS apoyamos la actitud de Susan Boyle y creímos en su necesidad de ser alguien reconocido por el talento. La prueba es este círculo sonoro que nos acompañara en estas fiestas, en tanto aparece otro milagro.
Y ultimádamente, podrá argumentar Susan Boyle, es mi disco, mi ilusión y se joden. Tendría razón, por eso, felicitamos a la señora por habernos dado una creencia en la oportunidad.
Metido ya en suposiciones, “Amazing Grace”, en cualquier versión medianamente rescatable, deprime a Raúl Gómez, por ende, la interpretación de la Boyle, le recordará a su abuela Celia y eso bastará para que compre la grabación original y nos la aseste hasta el próximo año, y eso es suficiente para aterrar a la redacción.
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