Por.- Raúl Gómez Miguel
Sabido como el verídico repartidor del queso, el Partido Revolucionario Institucional se está empezando a preocupar por un pequeño detalle: no sabe si dentro de tres años habrá algo a repartir, gracias a la potente inteligencia del gobierno calderonista para resolver los problemas causados por su misma estupidez.
Me explico. El paquete económico propuesto por la Secretaría de Hacienda, con el aval del Preciso, lejos de alentar la productividad, el empleo y disminuir la crisis, de aplicarse, restringiría el crecimiento del país por impulsar todos los déficit a través del efecto dominó de un incremento de impuestos. Esa lógica elemental en números y reacciones está ausente en la mentalidad del bien alimentado titular de la dependencia y de la panda de pránganas metidos a descuidar a los mexicanos con trabajos honrados.
Sabiendo de la funesta trayectoria del gallo para la Procuraduría General de la República, el Presidente lanza la candidatura y, obvio, la oposición bajó el dedo pulgar y metió el primer gancho al hígado del Ejecutivo precisamente por una bárbara falta de tacto y de una lunática visión de poder impotente.
Como era de esperarse, la triquiñuela del supuesto pirata del aire y la faramalla a ras de piso de las autoridades causó risa y asombro por la escasa consideración a la credibilidad pública pues no pasó de ser un incidente argumental del video home emplumado al estilo de las parodias del extinto Valentín Trujillo o los Hermanos Almada. El oso de los burócratas metidos en el ajo fue monumental, pero no la paloma septembrina usada para espantar a las moscas y darle cierta variedad a las coberturas mediáticas ex profeso.
En el colmo, Vicente Fox ya pegó de taconazos por la cuestión de la pensión a ex presidentes y no tuvo duda al afirmar la necesidad de esa lanita para seguir trabajando en sus proyectos ideológicos para la juventud nacional. Quizás le iría mejor si se juntara con algunos de los habituales mercenarios literarios de la chaviza y no declarara, en medio del escarnio público, una puntada indigna para quien abrió el gobierno como agencia de colocaciones masivas del panismo ramplón y ejemplo poco edificante de Felipe Calderón, el mandatario del empleo a mis cuates. Sin contar el despilfarro de su señora, hijastros, fundaciones e institutos ligados al botas.
A fin de no errarle, la Secretaría de Salud soltó la primicia de un posible adelanto incrementado de influenza y, por ende, de dificultades sanitarias típicas de la administración pública, experta en improvisar peor sobre la contingencia. Talvez el punto sea curarse en cinismo: lo dijimos y no pelaron; no es nuestra bronca.
La empequeñecida bancada del Partido Acción Nacional está para respaldar al Ejecutivo y eso hacen, a pesar, del ridículo y el quemón del insípido César Nava y la normalita Vásquez Mota. Están atados a una lealtad por la chamba, a pesar de saberse usados de tiro al blanco de grillos vengativos y de amplísima memoria. El blanquiazul las pagará todas más las de último momento. Un daño colateral, eso sí bien pagado en las sombras.
El Partido Revolucionario Institucional se está haciendo capulina con el no compromiso y la espera de los tiempos políticos, sin embargo, cierto nerviosismo es visible en la cúpula al constatar la fractura de México y de las instituciones. La prisa no es ambición sino el recurso de heredar la casa y no las ruinas. Por ende, en las próximas semanas veremos un endurecimiento del tricolor y una subida de tono en los discursos; sabe cuan indispensable es ponerle la brida al calderonismo y no hacerlo sentir el rey chiquito de esta fábula negra.
Las lluvias, Juanito y Demetrio Sodi le han dado un respiro a la polaca de los jerarcas a modo de medir hasta dónde se le puede aplicar un revés o una bendición a Los Pinos a cambio de los privilegios descontados.
En corto, ya empezó el puente de las fiestas patrias y un descanso tequilero y pozolero para gritar Viva México jijos de la Tiznada y mientras se baja la borrachera y se pasa la cruda, la grilla va contra el presupuesto o a venderse caro, aunque esta vez se escuche crujir el techo del Estado y a lo lejos la voz de muñeco de ventrílocuo de Nava recitando el nuevo decálogo panista: NO PASARÁN, ay nanita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario