lunes, 7 de septiembre de 2009

MALA LECHE: EL LUNES DESPUÉS

Mientras Felipe Calderón medita sobre las Secretaría de Estado candidatas a desaparecer para medio darle credibilidad a los mentados diez puntos para capotear la crisis, el Partido Revolucionario Institucional contabilizó, en nueve años de gobiernos panistas, la existencia de 70 subsecretarías y mil, sí mil, direcciones adjuntas con salarios mínimos de 120 mil pesos. La bronca no son los números, si no la bola de recomendados y de intereses creados susceptibles de quedar en el abandono y de retornar al desempleo burocrático en tanto el jefazo los coloca donde puede. Y nosotros quejándonos de no verla llegar.

México está obligado a ponerle un hasta aquí al gobierno de Venezuela en tanto su nuevo embajador, Trino Alcides Díaz, use el hemiciclo a Juárez como tribuna para aventar sapos y culebras contra los Estados Unidos, pasándose por el tiro del pantalón la normatividad del Distrito Federal y de la República, asumiendo ejercicios ajenos a su cargo. Preocupa la indiferencia y la ignorancia de la Secretaría de Relaciones Exteriores en defender los principios rectores de nuestra política exterior, por encima del partido en el poder.

Hugo Chávez se ha convertido en el matón de circo precisamente por la falta de tamaños de los países ajenos a su influencia o intervensionismo y tibios para cantarle las cuatro y mandarlo al diablo. No se trata de comprarse conflictos, sino de hacer valer el Derecho Internacional, y no traerlos a casa disfrazados de buena voluntad.

La supuesta austeridad espartana proclamada por la izquierda nacional no es tanta según lo visto en la oficina de Carlos Navarrete, primer Presidente del Senado de esta ideología, quien dispuso una serie de cambios en decoración para darle al espacio su toque personal, todo a cuenta del erario y de las causas populares tan del gusto de ese tipo de politicazos. Esperamos pronto un reportaje de las revistas dedicadas a estas cuestiones tan edificantes y propias de los servidores públicos.

En contraste a la buena vida descrita en los párrafos anteriores, los DODOS lamentamos y reprobamos los asesinatos de Francisco Fuentes Esperón, candidato del PRI al cuarto distrito de Villahermosa, Tabasco, su esposa y sus hijos menores de edad, acribillados en su domicilio la madrugada del sábado pasado.

La violencia enloquecida sólo genera más violencia y este es uno de los resultados. Sean cual sean las causas del atentado, se mina el proceso electoral de ese Estado y se pone en entredicho la estabilidad de las instituciones. En sí, la muerte de cualquier ser humano es lamentable, pero ir más allá con la destrucción de toda la familia, es jijez de mala entraña incomprensible para la vida misma.

En este espacio hemos informado los fallecimientos de compañeros periodistas, de gente del pueblo, de funcionarios y de candidatos a puestos públicos, sin embargo, la lista crece y las investigaciones son lentas o frenadas para no importunar la improbable paz augusta decretada en Los Pinos.

Es una verdad implacable la manifestación del malestar general ciudadano por el fracaso de un gobierno y las pobres armas para salir adelante. El país no vive su mejor momento y en el Olimpo de los semidioses grillos los presagios de la catástrofe ni se notan.

La sangre deberá pagarse y no tenemos cómo. Por ende, lejos de inundar la neblina mediática con cápsulas seudo informativas, los Poderes de la Unión deberían sentarse valorar decirnos la verdad y no esperar el despertar violento de más sacrificios inútiles.

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