Al más puro estilo del decreto absoluto, el Presidente Felipe Calderón ya encontró el agua tibia de la crisis y la emancipación de su gobierno mediante diez puntos, sí, diez puntos determinantes en el colapso de la Patria.
l.- Destinar recursos y esfuerzos del Estado para evitar el crecimiento de la pobreza, es decir, evitar que algún pobre ingrese a la zona de seguridad de los elegidos y beneficiados con el status quo. Una cosa es la convivencia y otra la mezcla de sangres.
2.- Alcanzar la cobertura universal de la salud, no importa si no hay suficientes recursos materiales o humanos, cada mexicano tendrá desde su gestación un seguro médico irrealizable pero bien escrito.
3.- Alcanzar una educación de calidad, suponemos una actualización de doña Elba y gángsteres de compañía, de los profesores semialfabetas o marchistas y de toda la fauna adherida el gremio, sin contar el aporte oportuno de los padres en el retraso neuronal de los hijos mediante su amplia sabiduría madurada en la televisión, la radio y la prensa sensacionalistas. Los recortes a los libros de textos no fueron una acción con dolo; fue una estrategia para un rápido aprendizaje. La SEP, sabe.
4.- Una reforma profunda de las finanzas públicas para hacer más con menos, o sea invertir poco y ganar mucho en el reparto de la corrupción de altísimo nivel; total de salir algo mal, el pueblo ni de su familia es. Ahorro para el retiro, no se está en el cargo nada más por sentir bonito. Servir a México cuesta en dólares y bancos seguros.
5.- Una reforma económica a fondo para ser más competitivos, (lo dirá por las investigaciones en el subsuelo y la profundidad de los océanos, pues, a pesar de tener firmados acuerdos de Libre Comercio con Juan de las Pitas, no vemos utilidad alguna). Quizás los vendedores ambulantes reciban cursos de capacitación y los pedigüeños de la restricción sean sindicalizados.
6.- Una reforma en el sector de las telecomunicaciones. No sabemos la razón, pero asumimos los calambres de los potentados interesados en el sector, cansados de tanta palabrería y cero billetes. Póngase listo chavo o se le acaba el patrocinio y las buenas maneras.
7.- Una reforma laboral en beneficio de los trabajadores, (de los trabajadores empresarios, se aclara; de los otros con tanto despido ni a título llegan).
8.- Una reforma regulatoria con base cero, en español: llegarán impuestos con otros nombres y otros formatos sin calificarlos como tales.
9.- Profundizar y ampliar la lucha frontal contra el crimen organizado, digamos, otro año de sangre, dinero a manos llenas y violaciones a los derechos humanos, muertes inocentes incluidas.
10.- Emprender una reforma política (para levantar el barco del panismo y mediante el trinquete no salirse del poder por lo menos mientras se pone tierra de por medio o se busca una nueva identidad en el extranjero por el excelso trabajo realizado como titular del Ejecutivo)
Resueltos los puntos señalados, por allá de unos siglos, México será potencia mundial, el asunto es aguantar, apretarse el cinturón o rogarle a todos los santos se lleven a toda los grillos locales a la dimensión desconocida.
De un plumazo, tenemos rumbo, orden y progreso. Eso es gobernar.
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