La ratificación de Arturo Chávez Chávez, (fracasado procurador del estado de Chihuahua en el gobierno del panista Francisco Barrio y señalado en la entidad de promotor a violentar las garantías individuales de los habitantes), como titular de la Procuraduría General de la República por el Senado, gracias al voto decisivo del Partido Revolucionario Institucional, es una mancha vergonzosa al supuesto Estado de Derecho del país y una triste prueba de los intereses acomodaticios de los partidos para llevar a un funcionario de esta ralea a un espacio estratégico para la procuración de la NO JUSTICIA, pues, sabemos de sobra el tipo de negociaciones características del señor licenciado.
Comodín del panismo y del presidente Felipe Calderón, el nuevo procurador es un hombre a modo de consignas ejecutivas y experto en hacerse de la vista gorda para no concretar causas perniciosas a la impunidad de sus aliados o de los recomendados desde las alturas. Es un burócrata de reacciones imitativas a quien esté en el mando supremo.
El descontrol generado por la inseguridad nacional ha pisado muchos callos y Calderón apostó por un nombre de garantía absoluta a no generar problemas y moverse bajo consigna, facilitando las negociaciones en la lista delictivas de las fuerzas vivas de México.
Arturo Chávez Chávez es sinónimo de impunidad, violación de derechos humanos, parcialidad, cobardía, obediencia, dependencia, oscuridad y entrega.
El Senado ha puesto a la Justicia Nacional en manos de uno de sus adversarios y ha sido refrendado por los actores políticos interesados en mantener el poder a costa de su propia dignidad.
El nuevo abogado de la Nación está adiestrado para perjudicarla como sea.
Hoy volvemos a perder los mexicanos rectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario