POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Un efecto natural de cualquier conflicto armado de alta intensidad es la migración de los civiles a destinos confiables que aseguren la integridad física y mental, tanto de ellos como de sus familias.
En la guerra sucia desatada por Felipe Calderón contra el Crimen Organizado, la reacción de los mexicanos ha sido la misma que en otras latitudes con alto grado de volatilidad violenta: moverse a espacios seguros.
Durante 2010, 2 mil 973 mexicanos solicitaron asilo al gobierno de Estados Unidos, contrastando con los 254 que lo pidieron en 2009, lo que representa una cifra récord y el incremento de 1000% en un solo año, es decir, 10 veces más, ubicando a México como la segunda nación con mayor número de peticiones de este tipo dentro de las 10 que encabezan la lista, indica información del Servicio de Ciudadanía y Migración.
Bajo el esquema del gobierno de Estados Unidos existen dos vías para solicitar asilo: una es en territorio estadounidense, lo que se conoce como “afirmativa”; otra, acudiendo a la frontera o “defensivamente”.
De las casi 3 mil solicitudes de asilo hechas por mexicanos este año, 2 mil 320 fueron realizadas en territorio estadounidense y en 653 de los casos se trasladaron a la frontera, según Sharon Rummery, oficial de Relaciones Públicas del Servicio de Ciudadanía y Migración, entrevistada por el diario nacional El Universal.
Comentó que en el año fiscal 2009 —que abarca del 1 de octubre de 2008 al 30 de septiembre de 2009—, el número de solicitudes de asilo que realizaron mexicanos dentro de territorio estadounidense fue de 192; otros 62 connacionales lo efectuaron en la frontera. Esto contrasta con los casi 3 mil mexicanos que lo solicitaron en el año fiscal 2010, que cubre del 1 de octubre de 2009 al 30 de septiembre de 2010.
Información del Servicio de Ciudadanía y Migración establece que en 2008 el número de solicitudes de asilo que realizaron mexicanos dentro de Estados Unidos fue de 176; en 2007, 103, en 2006, 84; en 2005, 85; en 2004, 53; en 2003, 35, siendo la cifra más baja de la década; en 2002, 36; en 2001, 52, y en 2000, 42.
Rummery destacó que hasta este momento el gobierno de Estados Unidos no ha concedido alguna protección temporal a algún mexicano, lo cual es conocido en el sistema estadounidense como “TPS”.
Es normal que los Estados Unidos sean uno de los puntos inmediatos para las peticiones de asilo del planeta, sin embargo, México en el año que cierra está detrás de China, máximo exponente del asilo justificado, cuando las autoridades no se cansan de decirle a quien sea la nación está segura y gobernada.
Por razones de confidencialidad, se desconoce los motivos reales que están detrás de las peticiones mexicanas, no obstante, la perdida de la gobernabilidad en grandes porciones del norte de la República, en un efecto dominó, impulsan el éxodo de connacionales hacia la estabilidad indispensable para vivir. La mayoría de las solicitudes de asilo a las que se conoce como “defensivamente”, se realizaron en los puertos de entrada de Texas y California, especialmente de lugares como Ciudad Juárez, en Chihuahua, condición que complementa la tesis del daño colateral de la guerra contra el narcotráfico.
El gobierno de Canadá, por su parte, había registrado un aumento en el número de solicitudes de asilo por parte de ciudadanos mexicanos. En 2006 sumaron 4 mil 995 las peticiones y en 2009 aumentaron hasta 9 mil 309. Durante 2010 la cifra se ha reducido como resultado de la restricción de visa que impuso el gobierno canadiense a los mexicanos.
Habrá que esperar la reacción de los habitantes de la frontera sur de México a los embates de los gobiernos de Centroamérica contra la exportación de delincuentes locales que se han adueñado de ciertas poblaciones estratégicas.
Independiente a las buenas intenciones, que pavimentan el camino al Infierno, la ojeriza de un solo hombre investido con un poder apócrifo está desestabilizando un punto medular del continente que, temprano o tarde, moverá a los Estados Unidos a tomar una determinación en cuanto a las decisiones de México que complican el escenario interno que vive.
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