viernes, 3 de diciembre de 2010

ESPECIAL: COREA, BY THE RIVERSIDE

¿Un acto de seguridad del pasado en Pekín, determinante en 2010?

Pues resulta que analizando lo que actualmente está pasando en Corea del Norte y Corea del sur, de las posibles teorías que pudieran desatar y los intermediarios que inevitablemente meterán su cuchara por una cuestión aparentemente de “Paz mundial”, existe el otro lado del asunto, donde se tiene pensado que este suceso pudiera desatar una guerra.

En el año 2007, hubo un acuerdo energético entre 16 naciones asiáticas (que cabe mencionar, representan la mitad de la población mundial), para promover el uso del biocombustible, esto qué quiere decir, pues que se supone que desarrollarían suministros alternativos de energía y eso traería como consecuencia una reducción importante de gases que causan el efecto invernadero y realizar cambios climáticos. Hasta aquí todo suena bien bonito.

Un grupo de almas caritativas determinaron que era momento de hacerle caso a la madre naturaleza y hacer algo por nuestro planeta, digo, además de que un buen número de petroleros quedarían fuera obviamente de este acuerdo.

Cabe destacar que esta reunión generó un alto nivel turístico en la isla filipina de Cebú, donde se discutieron varios temas englobados al cambio climático, tales como: enfermedades, desastres, comercio y ¡ah sí! terrorismo.

Entre los miembros destacados en dicha convención se encontraron los 10 países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN): Malasia, Indonesia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Laos, Vietnam, Camboya, Birmania, y a sus seis socios regionales: China, Japón, Corea del Sur, India, Australia y Nueva Zelanda. Pekín y Tokio.

Resulta difícil de pensar que hace apenas 3 años Corea del Norte y Corea del Sur se reunieron para llegar a acuerdos sociales, entre los que destacaron el abandonar las armas nucleares y responder a las preocupaciones humanitarias, incluyendo el rapto de japoneses en décadas previas.

Sin embargo, las propuestas y conclusiones pecaron de objetivos vagos y sin un compromiso, como en ese mismo año pasó con la Unión Europea, que se distinguió por la elaboración de planes ecológicos ambiciosos como el de recortar en al menos 20 por ciento las emisiones de gases que causan el efecto invernadero.

No obstante, Japón puso 2 mil millones de dólares a disposición de programas regionales de ahorro energético. En aquel momento aseguraban que ''El ahorro de energía es la clave. Nosotros reducimos nuestro consumo en 30 por ciento durante los últimos 30 años'' -dijo un delegado japonés-. China manifestó gran interés por cooperar en esta materia y contribuir a la estabilidad de los mercados energéticos -señaló el funcionario-.

Pasados casi tres años de aquella reunión protocolaria, en el presente vemos una disputa por abarcar mayor territorio, tener el poder asiático y quién sabe cuántos objetivos más entre dos naciones que comparten el prefijo de su país y que hoy está marcando una irremediable diferencia, llegando posiblemente a una guerra llena de víctimas y con un derrumbe económico inminente.

Evidentemente dicha cumbre realizada en el 2007 puede haber sido el inicio de un batalla entre Corea del Norte y Corea del Sur, a tal grado que inevitablemente la Unión Europea y Estados Unidos tratarán de meter su cuchara (además de la ONU y la CNDH mundial), entre otras organizaciones en pro de la paz, dejando entre dicho la angustia que les genera la contaminación (al menos en teoría) a los países de primer mundo, quienes pueden aplicar una actitud mexicana: tener una memoria a corto plazo.

En este momento no hay acuerdos y posiblemente no los haya en mucho tiempo en el continente asiático, pero habrá que ver la reacción de los otros países primermundistas y la repercusión económica (sobre todo) de esta lucha de egos políticos entre países de potencia no sólo tecnológica, sino además punta de lanza para la moda, de las grandes corporaciones y de industrias petroquímicas.

A final de cuentas, los días próximos son determinantes para el futuro de esos países que tan lejanos vemos pero que no resulta tan descabellado descifrar una tercera guerra mundial, sobre todo por el presente caos social que vemos en todos los países marginados por el poder absoluto de Estados Unidos y su competencia directa: la Unión Europea.

Karla

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