POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Después que el movimiento seudo indígena zapatista convirtiera ciertas zonas del estado de Chiapas en cotos de privilegio para ciertas organizaciones autóctonas, la problemática permanente de los herederos directos de los pobladores originales del territorio de México permanece en el olvido y sólo es mencionada para sacar provecho.
Como es sabido, el domingo 15 de enero de 2012, organizaciones no gubernamentales efectuaron una colecta de víveres en diferentes regiones de México para ayudar al pueblo raramuri que, según declaraciones y rumores, afronta una hambruna terrible que ha propiciado al menos cincuenta suicidios de personas desesperadas.
Cayendo en la “protesta chic”, decenas de ciudadanos acudieron al llamado de auxiliar a comunidades distantes, ocultando que a diario topan con desposeídos sin jamás pensar en echarles la mano, quizás por no ser “topic” destacado en las redes sociales.
Despreciado este altruismo “pose”, pasemos a informar un poco sobre lo que ocurre en la sierra de Chihuahua.
En 2011, el lugar registró un severa sequía que impidió a los moradores cubrir aspectos básicos de alimentación.
Pese a que los tarahumaras son reconocidos como una raza fuerte, acostumbrada a las condiciones difíciles, a la carencia de alimento y fríos extremos, sumada a la falta de lluvias los castigó duramente y la mayoría, a principios de 2012, se encuentra al borde de la inanición.
En su momento el gobierno del Estado reconoció que cerca de 250 mil personas en la entidad no tenían qué comer a consecuencia de la devastación que padece el campo.
En 2011 se tuvo en Chihuahua apenas el 25% de precipitaciones en comparación con años anteriores. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales estima que el 90% de las cosechas de frijol se perdieron por la sequía.
La dieta de los habitantes de la sierra de Chihuahua suele complementarse con quelites, hongos silvestres y algunas otras hierbas que crecen en la temporada de lluvia; ocasionalmente cazan conejos y ardillas, pero tal fauna pareciera haberse extinguido: los que no se murieron emigraron a otras regiones en busca de agua.
Por múltiples razones, complejas aun para las universidades, el clero y la sociedad política, los indígenas chihuahuenses son una raza proclive a quitarse la vida; fenómeno que situado en la sequía se disparó de forma alarmante.
Una respuesta obvia es atribuir exclusivamente al hambre, los suicidios.
El gobierno federal apoya a la gente de la sierra con 800 pesos cada dos meses para comprar en tiendas Liconsa, y el gobierno estatal arrancó un programa para dar maíz y frijol a cada familia, amén del envío extraordinario de despensas a las familias en crisis.
Una familia recibe en promedio 13 pesos al día como subsidio de Oportunidades Alimentario, pero que la cantidad aumenta si tiene niños que vayan a la escuela, por medio de Oportunidades Escolar, y los adultos mayores adicionalmente cuentan con el apoyo de 70 más.
En el mejor de los casos, sumando los recursos de todos los subsidios, una familia cobra cerca de tres mil pesos cada dos meses, lo que les ayuda a irla pasando.
Tampoco es un secreto que en la sierra, el narco le da trabajo a mucha gente en sus sembradíos, muchos indígenas trabajan cortando marihuana o amapola porque no tienen otro trabajo al cual dedicarse. No obstante, ahora ni siquiera en la ‘chutama’ hubo empleo, por que sin lluvia no hubo cosecha.
Es obligado resaltar que el problema de la miseria tarahumara es antiquísimo y que sexenios van y vienen sin resolver plenamente la aflicción. Por supuesto que, en esta ocasión, bendecida por la Red, la cuestión llegó al grueso de la opinión pública y, por un momento, se puso en marcha el carnaval solidario. Pero, hacen falta muchas acciones constantes para minar la desgracia.
Expuesto al escarnio mediático, el gobierno de Chihuahua desmintió tajantemente la versión que circuló relativa a que en la en la región serrana están ocurriendo suicidios masivos, y calificó la especie como una mentira.
"Sólo el que no conoce la idiosincrasia de la raza Tarahumara, podría creer semejante versión. Su formación en la dureza de la sierra, los hace hombres y mujeres con un temple a toda prueba. El Gobierno de Chihuahua, reprueba la injerencia de gente sin escrúpulos que miente y engaña a personas de buena fe con este tipo de falsa información", señaló la administración local en un comunicado.
Los medios, apalancados en Twitter y Facebook, difundieron que al menos 50 indígenas se habrían arrojado a un barranco en su desesperación por el hambre y diversas carencias por las que atraviesa dicha etnia.
"Si bien no está sucediendo lo que se dice con respecto a los suicidios, sí se requiere de la ayuda solidaria de los mexicanos de buena fe", agrega el posicionamiento gubernamental, tras agradecer diversas campañas de recolección de víveres para los indígenas que se habían dado en algunas ciudades del país.
En las jornadas siguientes al “acto generoso” de los cibernautas la Secretaría de Desarrollo Social reconoció que en la sierra Tarahumara se vive una “emergencia humanitaria” al combinarse la sequía, la falta de alimentos y las bajas temperaturas. La dependencia puso en marcha un plan de auxilio a la región que contempla el envío de 100 mil paquetes humanitarios con alimentos y cobijas, y la entrega de 950 millones de pesos para que el estado enfrente la falta de lluvias.
El gobernador César Duarte Jáquez señaló que las condiciones de sequía son absolutamente graves en el estado y que el programa de alimentación emergente de ayuda se ha evaluado en alrededor de mil millones de pesos, por lo cual se requiere el respaldo de la Federación para poder atender esa necesidad.
Agregó que la “catástrofe” provocada por las intensas heladas son agudas y las condiciones son adversas para las familias que dependen de la agricultura de autoconsumo, por lo que se inició la entrega de 92 mil cobijas, 42 mil colchonetas, 15 mil láminas galvanizadas y 45 mil despensas para 200 mil personas.
El director general del Fondo de Desastres Naturales, Rubem Hofliger Topete, quien estuvo en la capital del estado, indicó que a través del Fonden se otorgaron a la Secretaría de Desarrollo Social 200 millones de pesos para que a través de sus diversos programas brinde los apoyos necesarios tanto a Chihuahua como a otras entidades que han sido afectadas por la sequía y por las heladas.
Paralelamente, el gobierno del Distrito Federal puso en operación 19 centros de acopio para apoyar a los rarámuris; la ayuda se recibirá hasta el 20 de enero.
La Sedesol dio a conocer que enviará 100 mil despensas a la sierra Tarahumara, además de cobijas y agua, para atender la crisis alimentaria. Indicó que con este paquete especial de 100 mil despensas se apoyará a las comunidades con más pobreza en la zona.
Precisó que son 23 municipios específicamente donde se está trabajando desde tiempo atrás.
Se estima en 24 mil el número de familias afectadas por la emergencia alimentaria y donde se encuentra la mayor concentración es en Guachochi, Batopilas, Balleza, Bocaina, Carichi y Morelos.
La Coordinación Estatal de la Tarahumara informó que tiene un programa en conjunto con la Secretaría de Salud, a fin de combatir la desnutrición, por lo que se realizan brigadas para determinar el estado que guarda la población. “Tres veces por año se han distribuido despensas en 450 escuelas de la sierra con un cuadro básico alimenticio de 31 productos, en beneficio de 13 mil 900 estudiantes de primaria y secundaria”.
Además hay comedores en cada localidad donde se les preparan los alimentos y es ahí donde las brigadas evalúan a los niños, y con base en ello se les dota de lo necesario como leche fortificada u otros alimentos que ayuden a combatir la desnutrición.
Casi con una sincronía de alabarse, la burocracia se puso las pilas y en un santiamén frenó la contingencia. Un mal pensamiento obliga, de ser una cuestión de dineros y coordinación por qué esperar a la evidencia pública y responder, y creemos que de eso se trata, cual candidato en campaña, comprando percepción y votos potenciales.
¿A quién creer?. ¿A los socorristas instantáneos?. ¿A los grillos de novena?. ¿Al sentido común?.
Y en el ajo uno se pregunta ¿cuánto de este drama se podía solucionar con el costo neto de la “estela de luz”, ese monumento a la imbecilidad calderonista?. La contestación está en los ciudadanos que, en vez de jugar a la Madre Teresa, deberían de ocuparse en encarar a las instituciones que pagan, vía impuestos, para que cumplan su trabajo, y no jugar a ser buenos por un día, igualito que los trajeados a los que critican.
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