miércoles, 28 de diciembre de 2011

MALA LECHE: SE-ÑO-RA, QUE NO "MAID" DE LA CASA

POR.- EL DODO DE HUMOR NEGRO

A mí estos grillos mitoteros vale madres me hacen reconocer públicamente que prefiero una cruda a soportarles la verborrea.

Vean si no, La ternurita “mayor”, Josefina Vázquez Mota, en un arranque de sexismo galopante, propio de las custodias del perverso socorro, afirmó ser la señora de la casa, “yo sé de la lucha en el hogar”, en alusión a lo expresado por el priísta Enrique Peña Nieto como justificación por no saber cuánto cuesta el gasto familiar y el salario de los mexicanos, ya que eso “lo maneja la señora de la casa”.

Ya en delirio de campaña, e imitando a otra señora calzonuda, Martis Según, que se avienta: “Llegó la hora, México debe tener una presidenta, la señora de la casa que sabe de la lucha en el hogar, de estirar el gasto y de procurar lo mejor para la economía familiar”.

Yo me perdí, creo, a partir de lo expresado, que Pina Mota anda promoviendo el voto para Doña Borola Tacuche o la Mamá Lucha, pues es bien sabido que en las alturas donde vuela la panista eso de la dictadura hogareña no es tan cierto.

Aunque medio federica, la Pina se cuida, se enchula, se procura, vamos. Nada que ver con esa mujer mexicana promedio que cual luchadora de la Triple AAA vela por la prole y bueno para nada del marisco.

Por si hubiera duda, después del santo madrazo que se puso Cocoa Calderón en Michoacán,

Mota aseguró, neta, el PAN “no tiene dueños, los dueños del PAN son los ciudadanos y es algo que no se debe olvidar”. Nada se olvida, únicamente le faltó sinceridad y aceptar que esos ciudadanos tienen nombre y apellido, además de gallos, y que no se la han puesto fácil, a pesar que sienta cual leona liberada.

No faltaron los puntos comunes de advertir contra el chamuco de gel, pidió a sus simpatizantes consolidar la unidad “para que evitemos el regreso de la dictadura perfecta y la opacidad y la falta de transparencia como modo de gobierno”.

“Hay que pedirles a los panistas que se sumen a esta lucha que no es una lucha personal, sino una lucha de todos por no perder lo que hemos alcanzado, la libertad de expresarnos libremente y de tener un país más seguro y justo”

Tan seguro y justo como la funesta herencia que perfila el calderonismo para todos los mexicanos.

“Vengo a decir que son tiempos de unidad, que no hay tiempo más que para construir, que no hay tiempo más que para ir en pos de México, que es lo que hoy nos convoca”, gritó, además de pedir un voto de confianza para convertirse en la primera candidata presidencial en la historia panista.

“Yo quiero, sueño y sé que vamos a construir este México posible, de igualdad frente a la ley, donde el fuero no le dé impunidad a la clase política, este México donde haya consecuencias, porque el gobierno federal las ha asumido; se ha comportado con rendición de cuentas y transparencia.”

Y suponemos que después de la declaración de principios señoriales, Pina regresó en fa a su cantera, pa’ cumplir con los deberes propios de la “señora”, que no los de las “maids” que se soban el lomo a modo que la grilla siga en el coto coqueto.

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