miércoles, 5 de enero de 2011

ASUNTOS EXTRANJEROS: EL NEGOCIO DE LAS DESGRACIAS

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Munich Re, la mayor compañía reaseguradora del mundo y de nacionalidad alemana, estableció que las 950 catástrofes naturales, desde terremotos o inundaciones a sequías o erupciones volcánicas, registradas a lo largo de 2010, causaron un total de 295 mil muertos.

Tomando la comparación del año 1983, cuando se registraron 300 mil víctimas mortales de catástrofes naturales, muchas de ellas por la devastadora sequía que sufrió Etiopía, 2010 marcó diferencia en la generación de desgracias.

Sin embargo, a pesar que las catástrofes de 2010 causaron daños materiales por valor de 130 mil millones de dólares, solo 37 mil millones se encontraban asegurados, es decir, que en términos de dinero, la destrucción no generó perdidas mayores al centrarse en naciones pobres y escasas en el hábito del aseguramiento. ¿Un ejemplo?

El terremoto registrado en Haití causó la muerte de 220 mil personas, señaló Munich Re, que lo considera una de las mayores catástrofes de los últimos 100 años, sólo superada en número de muertos por el sismo en la región china de Tangshan de 1976, en el que perecieron 242 mil personas.

No obstante, los reclamos fueron discretos y no significaron un desequilibrio financiero a considerar.

Por el contrario, el terremoto de Chile de finales de febrero pasado, con un número de víctimas mortales muchísimo menor, causó 30 mil millones de dólares de daños materiales, de los que 8 mil millones estaban asegurados; cifra que marca condiciones productivas y conductas de prevención distintas.

La mayor parte de las 950 catástrofes naturales registradas, prácticamente nueve de cada diez, fueron inundaciones, huracanes, fuertes tormentas u olas de calor, como la que el pasado verano causó docenas de incendios en Rusia.

"El elevado número de catástrofes climáticas y las temperaturas récord globales y en las distintas regiones de la Tierra son indicios de que avanza el cambio climático", aunque omite Munich Re considerar que el cambio climático es en sí mismo una alteración inherente a la transformación permanente que el planeta manifiesta como cualquier entidad viva, por ende, la conducta de la naturaleza no puede reducirse a los desequilibrios propiciados por el hombre, sino a situaciones que escapan del control de la especie.

El negocio de los seguros, evaluando el informe especializado, se manejó con prudencia, registrando movimientos predecibles en cuanto a las estructuras de los países, el tipo de catástrofe registrada y los compromisos adquiridos por las instituciones, la población y las aseguradoras.

Es incuestionable que la Muerte, en un sentido práctico, revela clases sociales y poder adquisitivo. Que un fenómeno golpee a una comunidad miserable no es lo mismo que lo haga en un centro bursátil internacional.

En plata, la desaparición de los humildes puede generar cierto morbo, pero mientras el borrón no cimbre la realidad de las finanzas, el capitalismo llorará lágrimas de cocodrilo e ideará formas para aprovechar la situación; la desgracia de uno siempre es la oportunidad de otro.

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