sábado, 17 de abril de 2010

REFLEXIONES PERIODÍSTICAS: MI VOCACIÓN REVISITADA

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Como buen periodista de closet, Héctor Márquez, entrañable amigo de Los Dodos y colaborador a pedido de este blog, porque se cotiza, me hizo una serie de preguntas que me son importantes compartir con los Dodos Lectores.

¿Desde tu óptica, cuál es la pasión del periodista?

A mi juicio, la pasión es la diferencia entre hacer y crear. Cualquiera conociendo el método puede hacer, incluso imitando. Crear implica no sólo conocer el método, sino dotarlo de la creatividad correspondiente que te obliga a no estar en paz contigo mismo hasta que logras el resultado ideado.

En el periodismo pasa exactamente lo mismo, hay quienes consiguen información, la editan y se van muy contentos a tomar la copa; otros, los menos con el resultado impreso en las manos dudan que éste sea la meta definitiva y regresan una y otra vez a la noticia para darle variedad, opciones y lecturas. No se limitan a cumplir la orden de trabajo, luchan por encontrar la verdad, la última de las netas, aunque en ello les vaya la vida, como a los cientos de compañeros que caen el cumplimiento del deber.

En lo personal, la pasión y la vocación acaban siendo lo mismo y uno se hace periodista de una sola manera, haciéndolo en los trancazos de las redacciones. Por supuesto, que es importante estudiarlo en forma de licenciatura, sin embargo, nada se parece a la adrenalina diaria que se inyecta en las oficinas legendarias, donde conviven las viejas, las actuales y las nacientes glorias de la palabra escrita.

Desdichadamente, en México, ciudad capital, las redacciones del tercer milenio son todo, menos las congregaciones políticamente incorrectas en las que me formé y cuyos integrantes son entradas de enciclopedias o historias del periodismo nacional.

En estos enormes gallineros disfrazados con alta tecnología, la impersonalidad priva sobre el espíritu colectivo que definía la camaradería periodística de antaño, y no es que yo sea tan viejo, simplemente comencé jovencito en el oficio.

Así que entre mamparas y paredes falsas, los “trabajadores” languidecen leyendo boletines de prensa, páginas de Internet o información alineada para cubrir la edición. Pocos se aventuran el reporteo serio. De esta manera, los “media workers” son más “recorteros” que reporteros, y la pobreza de sus notas lo demuestran.

Al periodista lo han metido en burbujas de plástico, obligándole a olvidar la función social que sustentan al ser darle voz a los anónimos y difundir las causas que la gente define, no sólo los encumbrados, Para un periodista es tan importante el Presidente de la República como el habitante menos favorecido del país. Sin embargo, las líneas editoriales y los compromisos de supervivencia de los medios no aceptan democracias y si se desea vivir de informar habrá que plegarse.

No obstante, la pasión periodística es imposible de erradicar; es una terrible adicción de enormes costos personales, pero de beneficios importantes al comprobar que la palabra pública puede cambiar destinos. Por ello, ahora sí bendita tecnología, muchos compañeros periodistas han decidido incursionar en las aplicaciones de la Red y han podido difundir mensajes informativos e editoriales que de otra forma, no podrían ver la luz. De algún modo nos hemos convertido en guerrilleros de la noticia y contribuimos a que nuestros lectores nos tomen en consideración y accedan a juicios radicalmente distintos a los que estaban acostumbrados.

Esta obsesión por encontrar la verdad de los fenómenos y facilitarse al ciudadano común un espacio para compartir sus impresiones de lo que le afecta o piensa, es el eje de mi vocación.

El periodismo se escribe con sangre, si no eso queda clara desde que agarramos la pluma entonces estamos confundiendo un trabajo normal con una forma y una filosofía de vida.

Nota de la Redacción.- Debido a que Gómez cuando se pone de filosófico no hay quien lo pare, hemos decidido presentar este trabajo por entregas y en un apartado especial.

1 comentario:

Héctor Márquez dijo...

Es muy importante pensar antes de someterse a la hoja en blanco, La pasión del periodismo se ha diluido sin presentarnos un estilo diferenciador, en una época en la que la noticia se difunde en una especie de "fuera de foco", lo mismo escuchamos a León Krauze que a Toño Esquinca y la muchedumbre.

La pasión del periodista es la via para encontrar foco a la realidad. Crear, palabra poderosa. Pronto espero crear algo reelevante. Sigamos pendientes de las siguientes entregas.