domingo, 30 de agosto de 2009

MARCIANADAS: CUARENTONES

Nada mejor para el domingo que deleitarnos con nuestra generación.

3 comentarios:

Héctor Márquez dijo...

Gran pieza, relatada de manera muy elocuente. De cierta manera el gran "cuatro, cero" es como enfrentar una segunda pubertad. Los cambios ciertamente no son parecidos pero el desconcierto puede volverse similar, aunque debo confesar que aun en mis "te´s" la memoria falla constantemente. Un pregunta. Cuando uno está como "caballo lechero" ¿cómo es que está uno? No me resta más que congratular al espacio Marcianadas, aunque no se por que guarda la cortesía de dar crédito al gran tlatoani del IMP, el Sr. Ampudia y al Poderoso Germán Calderón, director académico de la institución, a mi me parece fuera de lugar aunque probablemente se trate de un tema político. Salud dodos Trejos, Gomez´s, Viveros´s.......

Héctor Márquez Villanueva

LOS DODOS dijo...

H.H: Un verdadero gusto saberte por estos lares dodescos y agradezco enormemente el apapacho al ego. Sabes que también se te quiere y mucho.
En cuanto a la pregunta de qué es un caballo lechero, debo decir que eso es sólo una demostración de que no has llegado a la década fatídica y que eres un jovenzuelo, casi casi un niño.
Así que empezaré la clase de historia. Hubo un tiempo (a long long long time ago), cuando los cuarentones de hoy éramos los niños de aquel entonces en que -en provincia- la leche (que en ese entonces sí era de vaca)se repartía de casa en casa.
En aquellas épocas (antes de la crisis y antes de Internet) en las zonas en cuyos alrededores había ranchos con vacas (¿si las conoces? ¿o no?)se vendía la leche de éstas.
Para su reparto (entiéndase distribución) se utilizaba -con frecuencia- un caballo en cuyos costados se colgaban los peroles o pequeñas carretas jaladas por uno de ellos.
Como el reparto iniciaba muy temprano y se recorrían distancias considerables, naturalmente, el mentado caballo pues se cansaba y se quedaba dormido parado. De ahí la expresión "como caballo lechero" que significa que uno se queda dormido de pie.
Aunque también se usaron burros para estos menesteres, supongo que la expresión no sonaba igual y por eso se prefirió la del caballo.

PD: En cuanto a que los cuarentas sean una segunda pubertad, en realidad, es más feo porque en la adolescencia tienes la esperanza de que te harás adulto y podrás hacer cosas que tus papás no te dejan; en los cuarentas la certeza es que te convertirás en cincuentón y tus padres estarán en el asilo o en el panteón.

Frankspotting / Teporingo dijo...

Confieso que no había visto nada de esto, pero me gusta mucho. Es un tributo a las Leyes de Murphy en vida. Salud y más Vermouth.

Frank