martes, 23 de junio de 2009

MALA LECHE: VIEJAS QUE CALIENTAN

Germán Martínez, el pastor del rebaño panista en el próximo Congreso, le hace el feo a César Nava, antiguo secretario particular de Felipe Calderón, como cabeza de bancada, dibujando dos explicaciones lógicas: la línea presidencial al olvido de los servicios prestados o el encubrimiento de divisiones francas dentro del partido, incubando conflictos mayores ante la cercanía del relevo del Ejecutivo.

El Instituto Mexicano del Seguro Social culpa al gobierno del Estado de Sonora de la tragedia de la guardería infantil de Hermosillo, dicho en otras palabras, la administración calderonista lanza oficialmente sus mísiles contra el gobernador del Partido Revolucionario Institucional, convirtiendo un asunto de seguridad pública en otro rostro de la “politización” baja tan común en estos lares. Más que la impartición de justicia, el punto es neutralizar enemigos del poder. En esas circunstancias se pueden pensar muchas cosas con resultados impredecibles aun para los instigadores. Cuidado.

A un año del caso News Divine insisten en culpar a un único responsable. Taparle el ojo al macho sólo provoca la decepción de la gente y la pérdida de votos. Los intereses ocultos en la cuestión impiden movimientos mayores y extienden el silencio culposo, ofreciendo un blanco apetecible en la larga lista de pecados a punto de la oposición. No es enterrando las causas como se saca adelante una administración creíble. El Partido de la Revolución Democrática avanza al despeñadero sin mutis.

De cínico a cínico, Santiago Creel, pro hombre del panismo y estrella del gabinetazo Foxista, denuncia la caricatura de la democracia que hace Andrés Manuel López Obrador, sufriendo de una amnesia selectiva de sus propias hazañas antidemocráticas desde un cargo y un legado bastante apestoso. Entre burros te veas y siga la yunta andando.

La moda en política autóctona es la petición de firma a los compromisos políticos, como si un garabato asegurara algo que no sea consolidación de la mentira, pero ahí está el movimiento “fashion” ciudadano dándole la vuelta al aro y haciendo pensar a los desnucados que los grillos tienen honor. Sinceramente no sabemos que sea menos estúpido: la niña promotora del sol azteca o las firmas de los inventores de la tomadura de pelo. Hasta la Iglesia duda que un papel garabateado garantice algo.

Un periódico que se asume protagonista de la vida nacional invita a sus lectores a un foro de discusión sobre los grillos profesionales que no se bajan del presupuesto ni estando muertos. El tema en sí es agua pasada porque en México, la grilla nutre, engorda y es opulencia. Por tanto debatir si es correcto o no, suma tiempo perdido y una distracción menor de los asuntos relevantes que la trae la semana. De todos modos, lo que se escriba a los aludidos les vale absolutamente idem.

El Abuelo, amigo entrañable de los DODOS y fan de hueso colorado del séptimo arte, está que trina por un movimiento gandalla de una cadena de sala cinematográficas que le invalidaron a la mala, una tarjeta que le permitía asistir al cine frecuentemente con precios y ganancias adicionales permisibles. El caso es que a propósito de la crisis, el negocio canceló el servicio y se sumó a la fila inmensa de empresas que suponen sobrevivir cargándole al consumidor final las facturas, empujando a los leales a integrarse a la competencia leal o a la piratería simplemente por una mala decisión mercadológica y un ahorro que dispara el resentimiento popular.

El tópico de la homosexualidad agarra fuera de balance a varios candidotes que resbalaron o eludieron meterse en un tema espinoso, según ellos, que les pueden costar los votos de la “gente normal” sin ponerse a contar cuantos votos ganarían por ser valientes en una realidad que es imposible de ocultarse.

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