miércoles, 10 de junio de 2009

EDITORIAL: UNAM "PRÍNCIPE DE ASTURIAS"

Los DODOS baten sus alas con honor y respeto por nuestra Universidad Nacional que fue, para muchos de ellos, la gran oportunidad que tuvieron de acceder al conocimiento que les permite, en la actualidad, ganarse la vida, a veces modesta, con la dignidad y la frente en alto de no aprovecharse de nadie y transmitir en lo posible los principios de verdad, justicia y pluralidad que les fueron inculcados.

Reza la nota de EFE: “La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue reconocida hoy con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2009, que valoró su determinante rol como impulsora de ‘poderosas’ corrientes de pensamiento humanístico, liberal y democrático en América Latina.

El jurado del Premio resaltó el ‘decisivo’ influjo de la UNAM, a punto de cumplir un siglo de historia, hasta crear ‘una extraordinaria variedad de instituciones que amplían el mundo académico y lo entroncan en la sociedad a la que sirven’.”

El centro universitario premiado es un organismo público y descentralizado del Estado, inspirado en todas las corrientes del pensamiento y construido sobre los principios de libertad de cátedra y de investigación.

La UNAM ‘ha sido el modelo académico y formativo para muchas generaciones de estudiantes de diversos países’, destacó el jurado, que valoró cómo el mayor centro universitario de América Latina acogió con ‘generosidad’ a intelectuales del exilio tras la guerra civil española (1936-39).

La institución académica, que en 2007 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue creada en 1910 en Ciudad de México, aunque heredó el carácter de universidad nacional de la Real y Pontificia Universidad de México, cuyo origen se remonta a 1551”.


Sólo agregamos que ser universitarios no tiene nada que ver con simpatizar con un equipo de fútbol profesional o uno de americano, que no es ponerse un jersey con el emblema puma sin haber puesto un pie en ella; que es una forma de vivir, interpretar y trascender la realidad porque a pesar de sus carencias, de sus alumnos rijosos, de los fósiles institucionales, la UNAM es un espacio de diversidad que para quienes lo disfrutamos marcó la singularidad de nuestra percepción de la realidad.

¡FELICIDADES UNAM!

Y gracias por la tenacidad que sembró en unos para seguir lidiando contra la necedad, el absolutismo y la persecución de los diferentes.

EL ÚLTIMO DE LOS DODOS

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