POR.- EL DODO DE HUMOR NEGRO
Mostrando el ridículo que le caracteriza y la ausencia total de congruencia entre el discurso y los hechos, el presidente Felipe Calderón advirtió que mientras los criminales se metan más con la gente, más enérgica será la respuesta del Estado en su contra, y exigió que respeten a los civiles.
Por supuesto, los aludidos ni enterados se dieron del regaño oficial y permanecieron quitados de la pena cometiendo atrocidades.
En el monólogo el presidente enfatizó que los maloras tienen que entender que las comunidades no son suyas y no pueden meterse con la gente inocente.
“Nuestras carreteras, nuestros pueblos, nuestras comunidades, son nuestras. No son de los criminales. Tienen que entender que exigimos respeto para la gente. Y tenemos que hacer valer ese respeto, precisamente, con la fuerza pública”.
Durante el cierre de su gira por Michoacán, en el municipio de Susupuato, (así se llama, en serio) el mandatario se refirió al secuestro de los nueve encuestadores de Parametría y Consulta Mitofsky en Apatzingán.
“No podemos seguir permitiendo que aún sucedan esas cosas, pues los criminales deben entender que los caminos y la gente de Michoacán no son suyas”.
“Sí hay, desde luego, problemas; tiene que entenderse que mientras más se enfrenten, mientras más se metan con la gente inocente, mientras más se metan con la gente libre, que quiere trabajar y que quiere prosperar, más enérgica tiene que ser la acción del Estado, entendiendo por Estado la acción del gobierno federal, del gobierno estatal y de las autoridades municipales”.
El mandatario aprovechó ( y cuando, no) para pedirle al jefe del Estado Mayor de la 21 Zona Militar, Rodrigo Herrera, expresar a la tropa “nuestra gratitud y apoyo por la valiosa defensa que hacen de la seguridad de las familias michoacanas, en esta zona y en todo el estado”.
Destacó que su gobierno fortalece la seguridad en el oriente de la entidad, la cual “es una zona muy complicada”, pero sentenció que “mientras más violentos sean los criminales y más se metan con la gente, intimidándola, extorsionándola o secuestrándola, más duro tenemos que enfrentarlos.
“No vamos a permitir que pretendan apoderarse de nuestras comunidades y de nuestras familias”, advirtió.
El presidente Calderón reconoció que nacional e internacionalmente fue conocido el secuestro de los encuestadores. “Afortunadamente, y qué bueno, fueron liberados. Pero no podemos permitir los michoacanos que sigan pasando esas cosas”.
Cumplidas las formas, Michoacán quedo a la buena de Dios; eso sí, sus malosos bien regañados y, seguramente, en la visión gubernamental, bien preocupados por sus desmanes.
Por su parte, el gobernador michoacano, Leonel Godoy, aprovechó la presencia del jefe del ejecutivo federal para insistir en su postura de que todas las autoridades deben abonar a que las elecciones de noviembre en la entidad sean un proceso democrático y pacífico, donde los michoacanos puedan acudir a votar, porque tienen “muchas ganar de decidir ellos quiénes sean sus próximos gobernantes”.
Esto en alusión a los probables manejos chuecos que se esperan en el proceso electoral, gracias a la participación de la hermana de Calderón.
Qué mejor chiste, que la realidad.
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