MALA LECHE: Propósitos de Año Nuevo de un mexicano

Hacer ejercicio y preocuparse por la salud (siempre que no implique sacrificios como hacer dietas, actividades violentas en contra de la flojera o abandonar cualquier tipo de exceso o vicio).
Trabajar duro (restándole a la jornada laboral la hora de la comida, los saludos, la compra-venta de chácharas, el chisme, el ligue, las charlas telefónicas, navegar por la red, el antojito, etc.).
Alcanzar metas (si no están muy altas o muy lejanas).
Sonreír más a menudo (a causa de las Grandes Decisiones Nacionales).
Preocuparme por el medio ambiente (regar una vez al año la plantita que tengo en la ventana de la casa).
Apoyar las causas sociales (que me dejen beneficios directos y me permitan salir en los noticieros).
Defender el voto (para que otro no se lo adjudique y lo cobre por mí).
Cambiar mi guardarropa (por uno igual de fachas, pero de marcas reconocidas).
Cuidar a mis amigos (y que ellos se cuiden de mí).
Encontrar a la pareja de mis sueños ( porque la de las pesadillas ya no me deja vivir).
Estudiar fuerte (privilegiar las materias que se centran en el hedonismo, la pornografía y el sexo fuerte).
No jurar en vano (se vale hacerlo por México, la Constitución, el Partido, etc.).
No enviar cadenas por la Red (que no tengan mujeres y/o hombres desnudos, chistes, animaciones, albures o leperadas).
Mejorar mi vocabulario (sumar unas cinco palabras nuevas al año).
No discriminar (a menos que me caigan gordos por raza, credo, sexo, etc.).
Completar la zaga de “Crepúsculo” (pertenecer a la parte oscura de los seguidores de Harry Potter excita a cualquiera).
Apoyar a la Selección Nacional de Fútbol (como corresponde a su alto rendimiento deportivo y hegemonía mundial).
Impulsar la diversidad (aunque me den miedo los diferentes).
Creer en mí (no vaya siendo que sea otro y que ni cuenta me haya dado).
Tener valores (de preferencia debajo del colchón en dólares o centenarios).
No endeudarse (salvo que sea a plazos muy atractivos e intereses falsificados).
Amar (según sea el sapo o la ogresa).
Leer (y no ver nada más los monitos).
Cultivar la cultura (escuchando las sentencias de Mariano, Maxine o El Panda).
Decir la verdad (si no queda otra).