El que con Dodos se mete besado sale. Ahora resulta que al alcalde de Guanajuato le gustan tantos los besos, que quiere una capital para ellos. O sea que el afamado Callejón del Beso será parte de la Ciudad de los quicos sabrosones y retozones, sin multas ni cárcel. Por tan brillante muestra de convicción y valentía, la comunidad Dodo le hace llegar un millón de besos a Romero Hicks. Aunque queda la duda si el ser pordiosero, mentar madres o vender en la vía pública seguirán siendo actos ilegales, o al contrario, contribuirán al embellecimiento del centro oficial de los apapachos.
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