APUNTES: A FALTA DE PAN, ESTAFA

Por. Raúl Gómez Miguel

Puntuales a la hora de la grilla, los políticos y sus partidos se alistan para no hacer el ridículo en las elecciones intermedias de 2009.

Por ello, todos los negocios que viven del cuento de hacer mercadotecnia política también se ponen las pilas y los presupuestos para que el numerito electoral sea una “monada”.

Ya están contratados los profesionales del acarreo, el golpe bajo, la información mal intencionada y demás actividades maloras para imponerse en las mentes del bien politizado ciudadano mexicano.

Por que si de algo sabemos los mexicanos es de fútbol, sexo y política.

Y los partidos, como expertos que son en eso de preparar atoles sin mancharse los dedos, aseguran que ahora sí no va a haber trinquete, nepotismo o cobros de facturas. Todos los candidatos son gente de bien y hasta irán blindados contra los bombazos en dólares del narcotráfico de cuello blanco.

A fin de inducir el voto, no sólo con el carisma, la preparación y la visión de estadistas que tienen los “buenos”, la clase política ha pensado en traerse a finísimas celebridades con tal de que el votante tache la casilla conveniente. Así que entre cantantes famosas, paladines de la moral y las buenas costumbres, enmascarados y deportistas de alto rendimiento, la voluntad popular ungirá la investidura de los próximos parásitos del erario público.

Acción Nacional pone al yunque de cabeza y es optimista en los puestos que habrá de conseguir, gracias a la sabia coordinación de don Vicente Fox que es un símbolo de la equivocación que puede alcanzar la algarabía provinciana a la hora de estropear papeletas.

El Revolucionario Institucional también apuesta fuerte a las torpezas propias y ajenas, vislumbran carros completos y nuevos puntos estratégicos que lo pongan en la ruta de la “grande” y no ande pasando las de Caín con esos figurones transas doctorados en el chaquetazo ideológico. Se sabe cínico pero marrullero y eso suena mejor que las aleluyas y los anatemas que el blanquiazul esgrime por ardilla y caprichoso.

La Revolución Democrática con que se mantenga medianamente unida ya la hizo, pues entre tribus y más tribus el divisionismo está grueso y cada santo jala lo que le dejan, que no es mucho y salvo los nombres “históricos” de los caudillos y los populares sinvergüenzas de los video-escándalos y el mitote a ras de piso, la planilla está desprestigio y en bajas intenciones de voto.

Es una lástima porque las autoridades electorales están a modo, desde que el señor Presidente los puso en su lugar y repartió el pastel entre los cuates y los recomendados a la alta misión de la Patria de cuidar la voluntad del pueblo, que vayan a saber quién sea. El chiste es que tenemos promesas que no habrá mano negra ni tapados con billetes.

Brinco de puro gusto al saber la millonada que costarán las campañas políticas. Todo sea por México y por los mexicanos que menos tienen. Y aunque todavía se me pasa la impresión del costo de la ceremonia de toma de posesión del Presidente de los Estados Unidos: ciento cincuenta millones de tepalcates en plena cresta recesiva, espero que la raza de bronce falle y que el relajo de nuestras instituciones republicanas valga la pena y no nos depriman respetando la tradición.

Cuáles programas o idearios, o una pinchurrienta hojita de explicaciones para los votantes, no, el punto es cumplir las apariencias, convencer a dos o tres gatos que crucen el logo del partido, estar bien con los negociadores y gestores de los cargos y a disfrutar la vida loca. Ni siquiera se contemplan mínimos de estudio. La mesa está puesta sólo falta estar invitado.

Mientras que el mundo ruede y que se rasque como quiera. Así se forja la democracia mexicana. A falta de pan, estafa, ¿quién les va a reclamar?.