POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
No es ocioso detenerse en esta causa. Digamos que prueba la peculiar manera de aplicar justicia en el país.
Debido a una perdida de un conflicto legal entre Televisión Azteca y el actor Rogelio Guerra, la persona física quedó obligada a entregar el total de las ganancias que obtenga bajo su nombre artístico a la televisora del Ajusco.
Aunque puede seguir usando el nombre, no debe de generar ganancias por su explotación. En corto: “Rogelio Guerra” no puede darle de comer al ser humano que lo ostenta.
Detrás de una lucha jurídica de diez años, el fallo adverso al actor, en sus palabras es: “Yo puedo seguir utilizando el nombre, no es que me lo hayan quitado, estaba embargado por parte de Azteca y lo que pedían (y lograron), es que en todos los lugares en los que yo estuviera trabajando con mi nombre, lo que yo gane, todo lo que yo gane, el 100 por ciento es para ellos.
“¿Cómo es posible que exista un juez que diga que eso es correcto? Es imposible, quieren acabar conmigo y con mi familia, y ya lo lograron y la justicia lo permite”
Tras firmar un contrato por tres años (1997-2000) con Televisión Azteca por tres telenovelas, el actor sólo participó en una, Golpe Bajo; sin embargo, de acuerdo con el actor la empresa no cumplió con los otros dos proyectos, por lo que inició una demanda por incumplimiento de contrato, el cual llegó a su conclusión a favor del actor.
No obstante, la empresa inició otro juicio legal en contra del actor pues, de acuerdo con la televisora, Guerra fue quien no cumplió con el contrato.
“Ya no había contrato legal, pues terminó en el año 2000, pero seis años después ellos dijeron que siempre sí había un contrato con exclusividad vigente, y que yo no había respondido un llamado para una telenovela, y que yo era el que no cumplió. Además se fueron a otro juzgado (el 48 de lo civil), no en el mismo en el que yo había iniciado el proceso”, explicó Guerra.
Empleando las tácticas acostumbradas de las empresas para jorobar al prójimo, Televisión Azteca se fue contra el histrión, sus propiedades, su dinero y difundieron un oficio en todos los lugares en que trabaja para que los sueldos fueran dados a ella.
Aunque existe la certeza que Televisión Azteca cerró la persecución al hacerse del dominio público que el afectado iba a regresar a Televisa, Emilio Azcárraga Jean dio indicaciones para que el corporativo respalde al actor.
“Ya, esto ya acabó, definitivamente ya no podemos hacer nada, lo que voy a buscar es ver dónde hay justicia, es lo único que podemos hacer. Derechos Humanos es una parte que habíamos dejado sin tocar, pero ahora sí vamos a recurrir a ellos por supuesto”.
“La ANDA me dijo que ellos iban a tratar de ayudarme también, pero no he sabido qué ha pasado. Se está afectando a la misma ANDA, porque cuando yo trabajo, de lo que yo gano le doy una cuota, nuestra cotización; y si me quitan lo que gano pues le afectan y le hacen daño a un sindicato”.
Televisión Azteca no ha dicho esta boca es mía y, como en otras circunstancias legales, se maneja en la clandestinidad. No obstante, dada la celebridad del actor, la reacción al señalamiento jurídico va que vuela hacia el escándalo.
Es conveniente que las autoridades revisen el caso, no vaya siendo que las irregularidades les pongan otro frentazo al mocharse con el enemigo inaudito.
Iremos viendo.
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