martes, 6 de julio de 2010

SINSEN: ¿EL REGRESO DEL PAN? ¿EL TRIUNFO DE LAS ALIANZAS?

POR.- ROLANDO GARRIDO ROMO

Después de las elecciones realizadas el 4 de julio de 2010, el dirigente del PAN, César Nava, festejó “los triunfos” de su partido y afirmó que están de regreso ¿Qué acaso habían llegado alguna vez?

Manuel Camacho Solís y los “Chuchos” en el Partido de la Revolución Democrática están de plácemes porque, según ellos, sus alianzas funcionaron para detener el carro completo priísta (hasta el momento las alianzas opositoras al Partido Revolucionario Institucional van adelante en Puebla y Oaxaca; y muy cerrada votación en Sinaloa).

¿Pero quiénes son estos panistas que están de regreso? ¿Gabino Cué, una hechura del ex gobernador priísta de Oaxaca y ex secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, que después se unió al PAN? ¿Mario López Valdez que fue senador priísta por Sinaloa hasta el 2010 y al no ser postulado por su partido a la gubernatura se pasó a encabezar la coalición opositora? ¿Rafael Moreno Valle, nieto de un gobernador priísta, y él mismo ex funcionario de gobiernos priístas en Puebla, que se pasó al PAN para tener opción a la candidatura a gobernador?

Los panistas y los perredistas deben estar felices que triunfaron con estos priístas oportunistas que, igual que en su partido de origen, ahora buscan el poder a través de cualquier emblema partidista.

Esta es la tragedia de la política mexicana, el PRI es la matriz de la “oposición” en todas las entidades. Sus mismas trampas para llegar y conservar el poder, se las llevan a los partidos de “oposición”, a los que acaban por manejar a su antojo; y en caso de que fueran reales opciones de poder distintas al tricolor, terminan por desnaturalizarlos.

Pero la culpa no es de estos candidatos devenidos en impolutos representantes de la democracia, sino de dirigentes corruptos, inescrupulosos y sin una pizca de ética y de principios como Nava, Ortega y Camacho.

Ellos están ayudando a que el PRI siga gobernando a trasmano en todo el país, porque prefieren escoger a políticos que cuentan con la maquinaria clientelar y hasta con el visto bueno de las mafias del narcotráfico en sus estados, antes de arriesgarse a generar cuadros preparados, con principios y con ganas de transformar de veras a sus entidades.

De ahí que para el país no hay nada que festejar de estas elecciones locales, pues el PRI ganó en todas partes, no una real oposición que ha decidido derrotarse y corromperse igual que el viejo partido, y que por lo tanto acude a los cuadros de este último.

Otra desgracia es escuchar a esos merolicos que se dicen analistas políticos en las televisoras, que hablan de nuestra democracia como si fuera la de Suecia o Suiza, señalando la “importancia” de que haya avanzado la oposición en tal o cual estado y sobre la participación de la población en paz en estos comicios.

Son unos farsantes que saben perfectamente que los que llegan son iguales o peores que los que se van. Que los que se van no rinden cuentas ante nadie del desastre que dejan, y los que llegan lo hacen con su camarilla de compadres y amigotes para desfalcar el erario y salir millonarios al final de su período, sin que nadie les pida cuentas.

Pero no, qué van a hacer un análisis objetivo de la lastimosa realidad de las entidades federativas de nuestro país, de sus corruptas e ineficaces autoridades y clases políticas, de la miseria y violencia que azota a la población.

No eso que quede para los estudios de algún sociólogo -¿todavía existen?-o economista de la UNAM o de la UAM; ellos sólo hablan de las encuestas, de la competitividad de las “alianzas opositoras”, de lo importante que Xóchitl haya obtenido esa votación en Hidalgo, y otras por el estilo. Monos amaestrados y farsantes, no analistas políticos; eso es lo que son.

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