POR.- LA REDACCIÓN
Con el asesinato del hombre fuerte en la distribución de droga al por mayor en la Delegación Iztapalapa, queda demostrado que los brazos armados del crimen organizado han llegado a la Ciudad de México y el riesgo que esto atrae todavía no es aceptado por las autoridades correspondientes.
La plaza del Distrito Federal pronto resentirá los estragos de una lucha por el control de los negocios ilícitos que campean a lo largo del territorio nacional. La guerra está en nuestra puerta y, sin embargo, las prioridades de los informadores y los burócratas, están en el reparto de huesos, la recitación de lealtades y una conducta casi bovina de reses avanzando al matadero.
La poesía, siempre la poesía, es un refugio o una exaltación a no perder piso y estar atentos, ya que los canallas se aproximan a un encuentro decisivo, cuyo resultado impondrá consecuencias impensables para los durmientes que gozan de una improbable seguridad. Que comprenda el que lea, el que descubra detrás de las palabras el mensaje.
A pesar de las lluvias, en el Inframundo del crimen el clima es caliente, muy caliente.
Tu mano en mi mano
tu todo en mi poco
mi hermano que huye
por todo el otoño
Los abuelos callan
sus bodas de oro
falta con aviso
el ángel custodio
Instrucción primera
no cerrar los ojos
instrucción segunda
no cerrar el odio
Repasar nostalgias
para hacer acopio
no decir maldito
no pensar socorro
Apretar los dientes
respirar de incógnito
somos mil arrugas
de un sagrado rostro
Somos nadie y somos
tan solo nosotros
somos viva el aire
todos sospechosos
Todos sospechables
ellos y nosotros
y en el cielo ajeno
buitres helicópteros
Una tarde de estas
cambiará el piloto
Mario Benedetti
“Letras de emergencia”
(1969-1973)
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