lunes, 21 de junio de 2010

MARASSA: DE UN HIJO SIN PADRE

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Me agradó leer en las redes sociales los mensajes y las felicitaciones de los hijos a sus padres. Fue contemplar, desde fuera, una felicidad que yo no conocí. Quizás por ello el “Día del padre” para mí es un ideal; una especie de bendición que algunos les toca y a otros simplemente se les menciona.

He contribuido a la formación de personas a través de la educación y el trabajo, y en cierta medida tengo en Silvia, Jorge y Alejandro, un trío de “hijos adoptivos” que me han hecho ver mi suerte y que los amo como supongo un padre debe hacerlo. Asimismo, como si fuera producto de un primer matrimonio, está Frank, quien cada vez que me dice padre me pone la piel de gallina. En eso la vida ha sido buena conmigo. Tal vez uno de estos días me enteré que formarán un hogar y tendrán hijos, volviéndome en una especie de abuelo ye-ye que, por sentado, será aliado de sus nietos, qué demonios.

Sin embargo, no quiero dejar pasar la ocasión para que los DODOFANES y los DODOLECTORES, padres e hijos, recuerden que la vida es un regalo que se brinda, pero no es una esclavitud sanguínea. Los padres deben entender que el vínculo es eterno, sin embargo, los hijos son libres. No pueden vivir en ellos, una prolongación de su existencia. El ser humano nace libre para no ser encadenado con las peores cárceles: la culpa y el chantaje sentimental.

He seleccionado dos textos ajenos que dicen en forma exacta a lo que me refiero. Lean y mediten.

TUS HIJOS NO SON TUS HIJOS

Tus hijos no son tus hijos,
son hijos de la vida,
deseosa de sí misma.

No vienes de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus sentimientos,
pues ellos tienen sus propios sentimientos.

Debes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellas viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti.

Porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas son lanzados.

Deja que la inclinación en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.

Gibrán Jalil Gibrán



LO QUE PIENSA UN HIJO DEL PADRE

A los siete años:
Papá es un sabio, todo lo sabe.

A los catorce años:
Me parece que papá se equivoca
en algunas cosas de las que dice.

A los veinte años:
Papá está un poco atrasado en sus teorías,
no es de esta época.

A los veinticinco años:
El viejo no sabe nada...
está chocheando decididamente.

A los treinta y cinco años:
Con mi experiencia,
mi padre a esta edad, hubiera sido millonario.

A los cuarenta y cinco:
No sé si ir a consultar este asunto con el viejo,
tal vez pueda aconsejarme.

A los cincuenta y cinco años:
¡Qué lastima que se haya muerto el viejo!,
la verdad es que tenía unas ideas y una clarividencia notables.

A los setenta años:
¡Pobre papá, era un sabio!
¡Qué lástima que yo ya lo haya comprendido tan tarde!

Anónimo

1 comentario:

Emir el CUYO dijo...

Ahhh que bueno que el caso del padre no es mi caso, no necesariamente por que yo sea padre (y miren que me encantarìa serlo) pero sin duda alguna la primer persona a la que consulto (en este caso mi madre funge como padre) es precisamente a la "vaca" es un cariñito que le decimos a mi madre tal vez se imaginen por qué, creo que au pertenezco a esas pocas familias que se cuentan todo durante la comida o salidad los fines de semana y en las que cuando llegas te preguntan ¿cómo te fue? y con las que tienes confianza de pedir consejo sexual o emocional e inclusive recibes regaños por haber hecho mal uso de alguuna palabra, frase o fuerza físico o haber permitido una injustica, creo que vivir en matriarcado tiene sus ventajas aun y cuando vivas con mujeres no garatiza que la entiendas o comprendas, pero aun así le agradezco a mi madre que tratara de formar esa parte "masculina" que mi padre no estuvo duspuesto a hacerlo FELIZ DIA DEL PADRE MAMÁ