POR.- EL OGRO
Cuentan los que los conocen que los dirigentes de los partidos políticos nacionales les gusta viajar, usar accesorios costosos, firmar con plumas carísimas, trasladarse en automóviles blindados de marcas de ensueño, bautizar obras públicas con nombres de familiares, y no perderse una buena comida o vivir en una mansión en una colonia exclusiva de la Ciudad de México.
No de gratis, el pueblo, a quien dicen representar y servir, ha sido exprimido por sus huestes a modo de que estos señores de la grilla, al igual que sus patrones y lacayos, ostenten fortunas mal habidas, gestadas a la sombra del poder y la corrupción en cualquier forma imaginable.
Son otra variante de “ninis”, ni estudian, ni trabajan, pero perjudican al país bajo un mando fabricado por esquemas retorcidos de “polaca” y mañas arteras de encumbramiento personal. Que no los den, que los pongan donde hay, para llevarse hasta las cacas del perico.
No obstante, los pésimos ejemplos, estos grillos sinvergüenzas sumados a los que ostentan la ilegitimidad republicana están preocupados por la competencia de otros “ninis” en potencia.
Con la pena, y no se entiende el porqué, sólo cinco estados del país tienen programas enfocados directamente a los “ninis” (población entre 12 y 29 años de edad que ni estudia ni trabaja), pero que se asumen en el “hoyo” de la desocupación académica y laboral, como si les importará realmente.
Sin embargo, los dos estados que según la Secretaría de Educación Pública (SEP) tienen mayor porcentaje de estos “ninis” —Chiapas y Michoacán— no cuentan con un programa para ellos; en estos casos, más de 25% de los jóvenes están desocupados.
En Chiapas se calcula que existen unos 300 mil ninis, a pesar de que la entidad se encuentra en el tercer lugar a nivel nacional por el mayor número de escuelas. En un rango similar se encuentra Michoacán, que ocupa el séptimo y donde autoridades educativas calculan que puede haber una cifra similar de jóvenes desocupados.
Los estados que ofrecen programas dirigidos exclusivamente para la población que no estudia ni trabaja son Chihuahua, Baja California, Tlaxcala, Guerrero e Hidalgo.
Los estados que menos ninis tienen son Colima, Quintana Roo y Yucatán, con alrededor de 15%. En total, se calculan unos 7 millones 300 mil en el país, lo que representa 20.9%.
Empero, para el investigador José Luis Calva Téllez, del Instituto de investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la falta de oportunidades en México, dijo, provocó que 12 millones de mexicanos hayan emigrado y produzcan una riqueza en Estados Unidos equivalente a 600 mil millones de dólares anuales, lo que significa un desperdicio del bono demográfico. En contraste, ahora el narcotráfico ha creado unos 600 mil empleos, convirtiéndose en el mayor generador de puestos de trabajo.
El ciudadano promedio que sí trabaja, estudia y la hace por el sustento, ya quisiera tanta preocupación de la panda de parásitos que lo acosan a puntos extremos con tal de que se ponga guapo y afloje la playera del Puebla, en aras de la patria y vaciladas semejantes.
Es seguro que la sociedad es responsable de la aparición, difusión y crecimiento de los “ninis” precisamente por no ponerse las pilas y dejarse de tanta mariguana, al permitir que cientos de buenos para nada, primero se adueñen del gobierno, y después alienten en las nuevas generaciones a vivir del cuento, la indolencia y el cinismo.
A los hombres y las mujeres en activo de este país nadie les regala nada, desgraciadamente a falta de soluciones reales a la responsabilidad cedida, los grillos desean imponer pautas de conducta social que enaltecen la desidia, el desinterés y la pena ajena, a cambio de los votos desgraciados que requieran para seguir jorobando.
Ahora resulta que tenemos que premiar el nulo esfuerzo y la hueva.
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