POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Gordos o flacos, la enfermedad hermana. En un país supeditado a cientos de males, la comida es un factor de riesgo para la salud.
En los últimos diez años el número de hombres mexicanos con algún trastorno alimentario subió 200 por ciento; existen alrededor de 900 mil enfermos con problemas relacionados con la ingesta de comida.
Según informes de la Fundación Ellen West, 15 por ciento de los 6 millones de personas con anorexia o bulimia en el país son hombres, mientras que en los comienzos de la década de los 2000, sólo representaban 5 por ciento.
A pesar de lo anterior, México no es el único país con esta tendencia, acorde al Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, tan sólo en Inglaterra ha habido un incremento de 66 por ciento en las hospitalizaciones debido a algún trastorno alimentario en los pasados 10 años.
Por tal motivo, el Colegio Real de Médicos Generales (RCGP) del Reino Unido está pidiendo a los médicos que sean más conscientes del problema porque a menudo se le ve como un asunto femenino.
“Cuando los médicos ven a un joven delgado es muy probable que piensen que está deprimido” señala un portavoz del grupo.
Los trastornos alimentarios entre los varones han aumentado tanto en este país que incluso se ha creado un nuevo término para describir la anorexia —una de estas enfermedades— que afecta a los hombres: manorexia.
El RCGP calcula que 1.6 millones de personas en este país sufren algún trastorno alimentario, que incluyen anorexia y bulimia, y se piensa que uno de cada cinco pacientes es varón.
Es difícil, sin embargo, conocer la escala real del problema porque el Departamento de Salud no mantiene registros que muestren exactamente cuánta gente sufre las enfermedades en el país.
Los únicos datos disponibles son las hospitalizaciones. Además, también es difícil juzgar la escala del problema debido a los métodos de diagnóstico utilizados, que predominantemente se centran en las mujeres.
Este enfoque, subraya el RCGP, necesita cambiar. “Los jóvenes están mucho más conscientes de su cuerpo, se enteran mucho más de las dietas y se preocupan por su imagen”, dice la doctora Claire Gerada.
Estas enfermedades no sólo están afectando a los jóvenes británicos. En Estados Unidos, donde 8 millones de personas sufren algún trastorno alimentario, se calcula que 10 por ciento corresponde a varones.
La cifra, dicen los expertos, puede ser más alta debido a que, igual que en el Reino Unido, en ese país se piensa que estas enfermedades afectan primordialmente a las mujeres y muy pocos hombres buscan ayuda especializada.
Y cuando se busca esta ayuda, es más probable que a un varón se le pronostique depresión a que reciba un diagnóstico y tratamiento apropiados para el trastorno alimentario que padece.
En el contexto de México, un factor que habrá que sopesar en el incremento de los padecimientos alimenticios es el de la preferencia sexual y el seguimiento de patrones estéticos que chocan frecuentemente con la constitución natural de los cuerpos.
La preocupación por la apariencia sumada a duras presiones psicológicas facilitan que las personas caigan en el torbellino de la no aceptación y la fijación enfermiza por no rebasar determinado peso y talla.
Si en países desarrollados es complicado diagnosticar estos cuadros, en México es casi imposible, a menos que se convierta en una catástrofe sanitaria.
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