lunes, 27 de septiembre de 2010

FARFADET: EL CURA

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Un hombre de dios
trató de venderme
la vida eterna,
la limpieza de mis pecados
y un sitio en la primera fila
de la salvación.

Lo escuché atentamente,
quería saber
cuán seguro estaba
de sus convicciones.

Al concluir el discurso,
me preguntó si tenía dudas,
fui sincero, contesté,
no me interesa una vida eterna
de buena conducta,
el borrón de mis pecados
o ser el primer embarcado a los cielos;
mis fallas son partes activas
de mi individualidad
y la salvación absoluta
por abjurar de mis decisiones
es un precio muy alto,
gente como yo
no necesitamos intermediarios
con Dios
y si mal no recuerdo,
al pastor le preocupan las ovejas descarriadas,
no las metidas en el rebaño.

Maldiciendo, por lo bajo,
el hombre se fue
y yo le guiñé al Cielo
la magnificencia
de esa tarde.

1 comentario:

Emir el CUYO dijo...

Por eso digo que Dios esta en todos lados y no nada más en donde se da el diezmo semiobligatorio