sábado, 25 de septiembre de 2010

ASUNTOS EXTRANJEROS: YUAN SIN MIEDO

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Con un discreto palmo de narices, China al decidir apreciar su moneda en 1% devolvió la presión que el Grupo de los 20 había generado en la última junta de Toronto, Canadá, el 25 de junio de 2010, donde expusieron su preocupación por la escasa sensibilidad del Coloso de Oriente a las exigencias del mercado globalizado.

Sin perder es el estilo, la economía en expansión más importante del orbe y una fuente de abastecimiento para cientos de naciones, dejó claro que una cosa es la asociación comercial y otra debilitarse a causa de un pool de magnates.

Los 25 años en que China expandió su comercio con una política de exportación de bienes y servicios, manteniendo un tipo de cambio competitivo y una calidad selectiva, pesaron en el Grupo de 20, en especial a los Estados Unidos, su principal mercado y cuyos excedentes son usados para comprar deuda gubernamental.

Dicho de otra forma, China tiene apretado, salva sea la parte, a Estados Unidos, y los estadounidenses pretenden que los chinos encarezcan la paridad cambiaria del yuan para que las importaciones superen, en lo probable a las exportaciones, en especial productos Made in USA.

El banco central chino no se ha pronunciado negativamente, pero atenidos a la cosmovisión ancestral, no ha dicho cuando.

Occidente tendrá que hacer un frente común, lo que tampoco garantice que el Gran Dragón Chino dé la cola a torcer, porque aunque las exportaciones mundiales se incrementen son insuficientes para enderezar el comercio internacional. Por donde se vea, la hegemonía productiva de China prevalece aun en los puntos estratégicos del resto de las potencias.

La reevaluación del yuan no pone en peligro los intereses de China y sí es un latente estate quieto a los intentos del capitalismo clásico de guardar las apariencias.

Los Estados Unidos están haciendo lo que le deja la crisis económica interna, en tanto aclara la directriz de tomará en el Orbe. China no tiene prisa. La presión la pagan y la cargan en América.

En el ámbito de las finanzas internacionales, la reacción de la reevaluación del yuan podría mover a ciertos reajustes del dólar y el euro, y potenciar algunos renglones económicos circunstanciales.

Desgraciadamente, China no ha concluido su desarrollo y, por ende, la fortaleza real de su economía no ha sido probada. No obstante mientras las exportaciones crezcan y se diversifiquen, el pueblo chino tendrá trabajo, que no siempre salario justo, mas la patria tendrá la cuota fija de sacrificio.

El riesgo concreto está en la impaciencia estadounidense que tense demasiado las relaciones comerciales chinas y entonces los platos se quiebren con la certificación de la Casa Blanca y el aval del bloque burocrático, empresarial y militar que dispone.

La recomendación de los especialistas es subrayar la vulnerabilidad actual de los Estados Unidos, patrocinada por un malinterpretado concepto de economía de guerra en la era Bush.

Será indispensable sopesar el factor político antes que el económico, en el remoto caso que China acate la voluntad de Estados Unidos de valorar el yuan con miras al “bienestar de la gente”.

¿Y México? Dadas las circunstancias paupérrimas del intercambio de la última década, el ajuste del yuan pasará desapercibido.

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