viernes, 2 de marzo de 2012

DESDE EL PANTANO: VA EL PETRÓLEO EN PRENDA

POR: EL OGRO

Aunque probablemente muchos de los seudo representantes del pueblo se enteraron del asunto por los medios de información, el 20 de febrero de 2012, la canciller de México, Patricia Espinosa y Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, firmaron el Acuerdo para la Exploración y Explotación de los Yacimientos Transfronterizos, que abre la oportunidad a inversiones bilaterales para explotar hidrocarburo.

En palabras del testigo de honor del acuerdo, el presidente Felipe Calderón: “Con esto se termina el viejo temor que existía entre mexicanos, de que el petróleo de México fuera extraído unilateralmente desde el otro lado de la frontera, el llamado ‘efecto popote’.

Lo mejor es que cualquier yacimiento conjunto se explote conjuntamente y las ganancias se distribuyan conjunta y equitativamente. Así ganamos todos y garantizamos que nuestro petróleo sea usado en beneficio de los mexicanos. Yacimientos, además, que se entrecruzan entre ambos países, y han generado durante décadas una entendible suspicacia”.

Anteponiendo el trillado recurso del respeto a la soberanía, el acuerdo permitirá aumentar los ingresos públicos a través de PEMEX, ¿había otro?, e incluye mecanismos de solución de controversias, como recurrir a expertos independientes en caso de que haya diferendos de carácter técnico.

Adormiladas aun, las comisiones de Energía de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, analizan sostener una reunión bicamaral con PEMEX y la secretaria de Energía para conocer a detalle “la letra chica” del acuerdo sobre yacimientos fronterizos firmado entre México y Estados Unidos.

El presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), Armando Ríos Piter, recordó que este pacto debe ser ratificado por el Senado.

Al respecto, el presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida, se comprometió a revisar el acuerdo, el cual recoge observaciones que los senadores hicieron a lo largo de año y medio a las secretarías de Economía y de Relaciones Exteriores.

Como sea, por las buenas o por las malas, recuérdese el tiempo electoral, los partidos doblarán la cabeza y aceptarán el documento. No es el momento para “suspicacias” cuando los “suspirantes” a la Presidencia pelearán por el respaldo de Estados Unidos, firmando lo que sea con tal de obtener el ansiado “yes” del imperio.

Casi en lo inmediato, el asunto del acuerdo será levantado para acusar al actual régimen de vende patrias y demás linduras nacionalistas que solo se escuchan bonitas en el reino de los sueños.

Para aquellos que todavía lo ignoran, México en doce años de “panismo” perdió su lugar en el ámbito de las naciones y ha caído estrepitosamente en las prioridades de los Estados Unidos que no sean la Frontera y la Inmigración Ilegal.

México no aparece en el “top ten” de socios comerciales de los Estados Unidos y ni siquiera es requerido para apoyos simbólicos de repercusión internacional. En suma, el acuerdo es una obviedad estremecedora y una señal inobjetable de la utilidad de nuestra nación en la relación bilateral.

México dará, en tanto no recupere la seriedad diplomática y la unidad republicana, TODO lo que Estados Unidos exija. ¿La razón? la debilidad institucional que se niega dentro, pero que afuera es una luz cegadora.

¿Lo dudan? Al tiempo, al tiempo.

No hay comentarios: