martes, 16 de noviembre de 2010

A TÍTULO PERSONAL: ¿STEPHEN HAWKING ES DIOS?

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Creo en una energía superior a mí y, por ende, reconozco la imposibilidad de mi mente para comprenderla y mucho menos para explicarla dentro del contexto de mi humanidad. Por supuesto que objeto las concepciones figurativas de la divinidad y opto por desentrañar la abstracción pura de lo espiritual.

Me considero un hombre de conocimientos, no de prejuicios. Por ende, no me altera el planteamiento de una de las inteligencias más brillantes de nuestro tiempo, Stephen Hawking, al asegurar “El origen de todo se originó de la consecuencia inevitable de las leyes de la física y no de ninguna mente superior o Dios”.

En “El gran desafío”, coescrito con Leonard Mlodinow, el astrofísico anota "Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo crearse a sí mismo -y de hecho lo hizo- de la nada. La creación espontánea es la razón de que exista algo, de que exista el Universo, de que nosotros existamos. Para eso no es necesario invocar a Dios".

Sin embargo, aun en las proyecciones teóricas y los sustentos actuales que la eminencia domina todavía quedan lagunas, que permiten suponer la existencia de algo más, llámesele como se llame, sin que forzosamente caigamos en los credos tradicionales que tanto problemas le han generado a la humanidad.

Hombre cuya incapacidad física y la genialidad de su pensamientos, podrían tomarse de milagro viviente es implacable, la filosofía ha muerto porque "no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, en particular de la física.
Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha del descubrimiento en nuestra búsqueda del conocimiento. El objetivo de este libro es proporcionar las respuestas sugeridas por los descubrimientos y los progresos teóricos recientes".

Y, definitivamente, no es factible oponerse a la exposición, precisamente por la lentitud del conocimiento humanista para mantener el ritmo del avance tecnológico y los datos duros de la Ciencia. En cientos de países, las discusiones filosóficas, si las hay, están metidas en una discusión estéril mientras la realidad cambia en serio.

Simpatizante de la Teoría M que "no es una teoría en el sentido habitual del término, sino toda una familia de teorías distintas, cada una de las cuales proporciona una buena descripción de las observaciones pero sólo en un cierto dominio de situaciones físicas", el ilustre de Cambridge añade "Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en instantes posteriores, es decir, en instantes como el actual, transcurrido mucho tiempo desde su creación. La mayoría de tales estados será muy diferente del universo que observamos y resultará inadecuada para la existencia de cualquier forma de vida. Sólo unos pocos de ellos permitirían la existencia de criaturas como nosotros.

Así pues, nuestra presencia selecciona de este vasto conjunto solo aquellos universos que son compatibles con nuestra existencia. Aunque somos pequeños e insignificantes a escala cósmica, ellos nos hace en un cierto sentido señores de la creación".

Ya sea en el límite de un universo único o en modelos de universos simultáneos, el Tiempo, primero, y después Dios, son variables extrañas que le tocarán a otros desentrañar.

Sin embargo, acertado o no, el texto de Hawking será un best seller mundial, aunque una mínima parte de los lectores comprendan el contenido.

A unos días de la visita del Papa a Inglaterra, será muy interesante observar al catolicismo contestar un reto intelectual cuyo resultado es, de momento, casi imposible.

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