POR:- ABRAHAM ROMERO RAMÍREZ
Es impresionante el déficit que enfrenta el municipio de San Juan del Río, Querétaro, y por supuesto, el departamento de Tesorería que ni de un lado ni del otro ve por donde salir, y no es tanto por el hecho de la cifra numérica, sino por la forma en que se llegan a tener las arcas llenas, y al cabo de unos meses y una ínfima cantidad de obra y resultados, desaparece todo y además quedando a deber.
Claro, esto sería realmente un problema para ellos si de verdad todo ese presupuesto que han malbaratado durante el actual año en curso, (que fue por encima de los 447 millones de pesos), haya ido a parar en su totalidad en obras públicas, mejorar el aparato de seguridad y generar mayores beneficios para los ciudadanos sanjuanenses, porque hasta el momento no se ve un resultado palpable y contundente. Sin embargo, esta cantidad de papel moneda no ha sido suficiente para el actual gobierno ya que enfrentan un déficit de 54 millones de pesos para poder cerrar el año fiscal.
Para muestra “push the red botton”, hoy las calles de la zona oriente han sufrido un cambio que se ha quedado varado y es claro que se debe a la administración deficiente del dinero. Y por si fuera poco, vienen arrastrando una deuda de 200 millones de pesos con prestamistas a nombre del municipio heredado por la anterior administración repleta de “pitufos” ladrones.
No es mi intención ni posición defender al actual ayuntamiento y sus regidores, que por cierto reciben cerca de 64 mil pesos al mes, sino de señalar que los bolsillos de los que residen en la cúpula de la política en San Juan del Río son principalmente los beneficiados y, aun así, no se cansan de pedir más presupuesto. A pesar de haber dicho que se apretarían el cinturón tomando medidas necesarias para al menos “arañar” el siguiente año, en lugar de bajar los salarios exorbitantes de los regidores y sus prestaciones, decidieron despedir poco más de 500 trabajadores de la nómina en Presidencia Municipal y demás dependencias para lograr salvar la ridícula cantidad de 1 millón de pesos mensuales. Pero la incompetencia dentro los administradores y tesoreros encargados de dar un buen uso de los recursos financieros se ha visto menoscabada, dando como resultado un municipio rezagado en materia de empleo, bienestar social, seguridad y obra pública.
Las preguntas son ¿Hasta cuando se podrá ver una correcta y más justa administración del presupuesto para lograr beneficiar a los gobernados y no a esa pequeña cúpula de poder? ¿Qué se puede esperar de un gobierno que no tiene ni la más mínima pizca de compromiso con la ciudadanía de entregarles un municipio desarrollado y seguro en todo su amplio significado cuando ni siquiera entregan cuentas claras?
Que difícil y lamentable situación. Y ya se vienen los prodigiosos y jugosos aguinaldos, será un buen tema a discutir.
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