lunes, 30 de marzo de 2009

MALA LECHE: CAMBIE A SU VIEJO POR UNO NUEVO

No señora, no se haga ilusiones y piense que la revolución le ha hecho justicia y que su cavernario, al fin, dará de sí y usted podrá disfrutar las habilidades integrales de un buen muchachón. Niguas, nel, nop. Me refiero al programa que el señor Presidente ha tenido a bien implementar para que los mexicanos que menos tienen, pero ¡qué tienen refrigerador¡, tengan la oportunidad de cambiarlo por un modelo menos arcaico a través de un micro crédito pactado como si el gobierno fuera mueblería o fuera a cargarse una tajada.

El chiste es que mientras la delincuencia organizada hace de las suyas, se especula con el sitio donde se levantará una nueva refinería o se asiste a los partidos de la Selección y se reverencia a la güerita favorita de las ñoras pomadosas de Lindavista o las Lomas, el Poder Ejecutivo también le entra a las rebajas de temporada en electrodomésticos y alienta el consumo de los que menos tienen a fin que se embarquen; total no son su familia.

Lágrimas patrioteras escurrieron de mis ojos al saber que aunque el programa tiene buenas intenciones, no alcanzará para todos los pobres, tampoco es inocularles el virus del éxito personal o la aspiración revolucionaria de querer ser “people like us”, si no llevarlos por el sendero del panismo y la ineptitud, esta sí democrática.

Por esto señora, usted almeja, y apúntese en lista para que por lo menos le toque una foto recortada del catálogo de la tienda.

Luego, para redondear mi creencia en la Patria y el destino manifiesto de las elecciones intermedias, el Tri ganó en el Estadio Azteca, en el Templo de la Perdición, según el concepto “creativo” de Televisa Deportes; y ya no pude más. Señor, ¡tenemos salvación¡

Y no hablemos de los cientos de ciudadanos políticamente correctos como los López, Hernández, Pérez, Gómez, Jiménez, que apagaron la luz a favor del planeta, al tiempo en que los espacios de la gente que verdaderamente cuenta, la iluminación estuvo a todo lo que daba.

La mala onda vino al contemplar al Presidente de los mexicanos que votaron por él, junto a la Reina Isabel II del Reino Unido de la Gran Bretaña, Escocia, Irlanda, País de Galés y todas las tierras que integran The Commonwealth, o sea, neta y no fregaderas, por que aunque este no sea un espacio de cualquier blog dedicado a los chismes del corazón, no es lo mismo la Residencia Oficial de los Pinos que Buckingham Palace y la actitud real del “old empire” que al primer mexicano vestido por un sastre enemigo que lo hizo verse chiquito y bastante campirano.

Por supuesto, la Reina prometió ayudar a la economía emergente de México con algunos estímulos como mandarnos lo mejor de sus artistas para llevarse royalties y otras linduras que acostumbra la Inglaterra de mis amores.

El punto que el viajecillo, pagado por los emplumados de a pie, para el Tlatoani levante su voz en los foros internacionales que lucen va tirando a oscuro.

Por último y no para pasarme de mala leche, esta la nueva que Don Luis Echeverría Álvarez es inocente de cualquier responsabilidad en la masacre de Tlatelolco de l968, es más, que a lo mejor ni era el Secretario de Gobernación ni le andaba quitando la silla a Don Gustavo. O sea que fuimos los primeros en conseguir la clonación humana (en mala, but of course) o el pueblo de México fue víctima de una intoxicación masiva de ácido lisérgico que le hizo creer en la culpabilidad de don Luis. Bien por la justicia nacional, bien por estas grandes lecciones de justicia histórica.

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