Por: Raúl Gómez Miguel
Juar, juar, juar y más juar. Es bastante ridículo que en medio de los escándalos y las renuncias de funcionarios, el Presidente de la República, Felipe Calderón, tenga la osadía calcular el final de la crisis económica y el advenimiento del espíritu santo para la próxima Pascua.
Por donde se vea, el país está humeando y no precisamente por estar en sus mejores condiciones, sino porque los descerebrados burócratas están haciendo lo que mejor saben hacer: estupidez y media.
Se aumentan sueldos fuera de toda lógica elemental y jurídica. Se preguntan por qué la gente se enfurece y no los comprende. Aseguran que trabajan por el bien de México y es hora que ningún ciudadano ha recibido una buena noticia. Ventilan un patriotismo que suena a simpatía por un equipo fútbol y se desgañitan haciendo numerosas denuncias entre sí para calcular quien es más tranza y nada que el castigo llegue.
Tres años de lucha contra el narcotráfico y sumas y sumas y sumas que dicen mucho, pero que no reflejan nada por no estar comparadas. Decomisan cien toneladas de mariguana y olvidan decirnos su relación con algún total: mil, diez mil, cien mil, de esta manera, se ofrecen resultados a medias porque se desconoce la totalidad neta del problema.
Contratan seudo actrices de televisión para darle imagen pública a un Estado y nada más presentan cortes de blue screen y un discurso tan falso como los que acostumbran esas mismas personitas decir en los maratones televisivos de improbables causas filantrópicas.
Suponiendo que tienen un dedo de nariz, estos zombis trajeados aprueban campañas políticas mediáticas en que le hablan a quienes jamás van a votar por ellos, falsean la historia y se asumen redentores de una nación que ya existía antes que ellos, prometen exactamente lo que criticarán antes de sus adversarios o se ufanan de que todo hubiera sido diferente si el Mesías de hablar chistoso ocupará la sillota.
Y no pongamos las trascendentes declaraciones “banqueteras” de los grillos que de una hablada resuelven el destino patrio hasta la séptima generación.
Efectivamente hemos tenido temporadas adversas en México, pero lo que estamos sobreviviendo escapa a la locura, es la ampliación del caos mental de un partido y un grupo de seres retardatarios incapaces de limpiarse por sí mismos y, sin embargo, todavía tenemos una multitud que huele a alienígenas encubiertas que aplauden los esfuerzos inútiles de los jefazos.
Les aseguro que una mañana vamos a despertarnos con las orejas crecidas y un rabo entre las piernas dispuestos a aprender a rebuznar que parece que es la única forma de comunicación que los políticos y los ciudadanos de cuarta entienden.
En México, la razón ha muerto por el desastre neuronal inaugurado por el poder actual.
miércoles, 4 de marzo de 2009
APUNTES: ENTRE BURROS TE VEAS
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