jueves, 28 de agosto de 2008

MARASSA: Lo que los jóvenes gritan y no escuchamos


POR: Claudia Ruiz Villaseñor


Los jóvenes reconocen a la familia, como núcleo fundamental para el aprendizaje de valores formativos en sus vidas, herramientas que les servirán para el día de mañana. Un estudio realizado por la agencia de la Riva y Asociados para el Consejo de Comunicación, revela datos obtenidos a través 1500 sesiones de grupo realizadas entre jóvenes de la República Mexicana.

A diferencia de lo que muchos pensaríamos, los jóvenes reconocen la necesidad del aprendizaje de valores en el seno familiar. El estudio revela que existe plena conciencia tanto de los jóvenes como de las familias, que los llamados “valores” no han pasado de moda, o que se encuentren fuera de contexto en la actualidad; por el contrario, los jóvenes consideran que es un tema de suma importancia para ellos.

Pero ¿qué es lo que la familia les está dando como herramientas en este sentido?, ellos afirman que los principales valores que los padres transmiten son:

- Sencillez
- Solidaridad
- Esfuerzo
- Tradiciones

Si bien estos valores son importantes, para los jóvenes no es suficiente, ya que este tipo de valores no los prepara para la realidad del mundo y mucho menos, para el “éxito” del mañana.

Por otro lado, los jóvenes admiten que su necesidad es mayor, de tal forma que las familias están fallando en la enseñanza de:

- Disciplina
- Actitud ganadora
- Competitividad

Motivos que refuerzan la visión triunfadora, ganadora y competitiva. Al carecer de este aprendizaje, los individuos crecen con una visión conformista y perdedora; que se reflejan en individuos inseguros y hasta sumisos.

Esta situación la vivimos muy de cerca en nuestra experiencia como docentes, cuando a los alumnos se les exige por “arriba de la media” sus reacciones reflejan los valores aprendidos. Y aunque suene contradictorio es implacablemente real, por un lado están ansiosos por obtener mayores y mejores herramientas para un futuro exitoso, pero por otro, no están acostumbrados al manejo de toma de decisiones bajo presión, de alcance de objetivos más altos y mucho menos, a tener una formación competitiva.

Si bien la familia es el principal núcleo para la vibra de valores, no debemos minimizar la importancia y repercusión que las instancias educativas, formativas y docentes tienen en este sentido. Es clara la necesidad de cambio, un cambio que inicia en la educación familiar y se fortalece en una instancia educativa. Este gran compromiso, debe ser compartido y reforzado de manera constante, de tal suerte que en un futuro podamos ver reflejado dicho esfuerzo y compromiso en hombres y mujeres mucho más seguros, más exitosos y más competitivos.

No hay comentarios: