viernes, 9 de diciembre de 2011

APUNTES: LA UNCIÓN DE PEÑA NIETO

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Por un momento me perdí. No supe si estaba en San Garabato, Cuc, un set cinematográfico de alguna producción cómica y cínica sobre el destape sexenal.

A mi lado caminaba una historia olvidada, pero resucitada a través de los usos y las costumbres de los dinosaurios tricolores. El acarreo, la fiesta patrocinada, la música pueblerina y el folclor caricaturesco al estilo de “Los supermachos”, Rius, indicaban un deja vú siniestro; una especie de anticipación destructiva ligada al 2012.

Para ser un día domingo con clima lluvioso y frío, la sede del Partido Revolucionario Institucional parecía gozar de un verano atrasado. Color, alegría y las habituales movidas chuecas de los jerarcas se mezclaron en un acto supremo de ungimiento grillero. En pocas horas, el pleno de tranza ahistórica levantaría la mano de “su” candidato, de “el hombre” llamado a regresarlos a Los Pinos, del exitoso Enrique Peña Nieto.

En un discurso plagado de figuras retóricas, demagógicas, casi extraídas de cualquier libro de educación empresarial para adolescentes, Peña Nieto, prometió un México seguro y en paz, y dijo que aspira a la candidatura presidencial para poder alcanzar, además, una transformación en los ámbitos del empleo y el crecimiento económico.

El precandidato presidencial llamó a asumir el compromiso que había dejado hace 10 años, y dijo que se quiere dejar atrás el encono, el divisionismo y el debilitamiento de las instituciones.

En el primer mensaje que dirigió a la militancia priísta después de entregar la documentación y quedar como único precandidato registrado ante la Comisión de Procesos Internos, también ofreció unidad a su partido como uno de los factores indispensables para lograr el triunfo tricolor en 2012.

Hubiera sido un crimen apartarse del guión, y aunque el proceso es un requisito formal, la base tricolor sabía que detrás de la afectación y la pose, el grillo mexiquense los invitaba a cerrar filas y a completar el ciclo del eterno retorno.

Peña Nieto aseguró que no es el momento de un solo hombre, sino de todos los priístas.

En su discurso de registro de precandidatura, que más pareció el primero de la campaña en la carrera para 2012, el ex gobernador del Estado de México hizo hincapié en el asunto de la unidad entre las filas.

Incluso, de manera explícita, reconoció el papel que desempeñó el senador Manlio Fabio Beltrones al declinar en sus aspiraciones presidenciales y dejar la vía libre para la candidatura presidencial.

El reconocimiento fue directo para el legislador, quien a pesar de la mención particular estuvo ausente en el acto y en toda la fiesta priísta.

Naturalmente que el aludido no iba a aparecerse, recuérdese, no se trataba de quedar mal frente a la oposición. El PRI tenía que enseñar músculo y unidad, aunque fuera de dientes pa’ fuera.

Por el público reunido hizo el reconocimiento, que terminó en una ovación apagada.

Peña dijo que el profesionalismo político del senador había contribuido enormemente a la unidad en las filas partidistas, además de construirse un proyecto social, con el diseño de Un programa para México, dijo, había mejorado la competencia electoral.

“Su decisión contribuye a nuestra unidad y a una mejor condición para la competencia electoral, gracias por su participación y profesionalismo político. Los priístas tenemos muchas razones para sentirnos orgullosos”, dijo.

En otro fragmento de su intervención, el precandidato advirtió que se requería de un esfuerzo para cambiar la situación actual del país, transformación que se que ha esperado desde hace 10 años.

“México quiere dejar atrás la división, el encono, el debilitamiento de nuestras instituciones y el deterioro de los valores de nuestra sociedad. Hoy en México hay miedo, zozobra, desánimo, pero al mismo tiempo hay una fuerza creciente, optimista y segura de que vienen tiempos mejores”, dijo.

Como un adelanto de lo que vendrá en 2012, advirtió que el PRI no permitirá que la democracia se ponga en riesgo. “Somos un partido preparado para competir y ganar en la democracia… lo haremos comprometidos con la ley y con sus instituciones, porque estamos seguros que al respetarse la voluntad ciudadana, el PRI se encamina a la victoria el próximo julio”, advirtió.

Asimismo, delineó tres compromisos que son: mantener la unidad en el partido, no caer en provocaciones de la oposición y alinear las prioridades del país con las del PRI.

Peña Nieto estuvo acompañado por 18 de 19 gobernadores en funciones —el tamaulipeco Egidio Torre estuvo en el Informe de su estado—, de la cúpula priista, dirigentes y una buena parte de los ex gobernadores que actualmente coordinan distintas regiones del país, como Ismael Hernández, José Reyes Baeza, Enrique Martínez y Martínez así como Enrique Jackson.

Destacó la presencia de Arturo Montiel, quien ocupó sitio de honor entre el equipo peñanietista, cerca de varios personajes del Estado de México, como el diputado Emilio Chuayfett, Alfonso Navarrete, Ernesto Nemer y Alfredo del Mazo.

La “plana mayor” en activo.

Clavada en la simulación, la Comisión de Procesos Internos validó el registro de Enrique Peña Nieto como único aspirante a la candidatura presidencial.

En cumplimiento de los estatutos y lo que se fijó en la convocatoria emitida hace dos semanas, Peña no tuvo competencia en el registro como precandidato.

A las 10 de la mañana del domingo 27 de noviembre de 2011, la comisión se declaró formalmente instalada y el presidente de dicho órgano, Pedro Joaquín Coldwell, dio un receso en tanto no llegara algún aspirante a registrarse.

Únicamente llegó Peña Nieto, con la papelería que se requería de acuerdo con los estatutos.

Para el mediodía la papelería estaba hecha y se dictó un nuevo receso hasta las dos de la tarde, sólo en espera de que alguien más acudiera a registrarse.

Después de esa hora la sesión se cerró y se determinó que Peña Nieto había cumplido con los requisitos necesarios.

El fallo final lo dará en las primeras semanas de diciembre, con lo que arrancará de manera formal la precampaña al interior del partido.

Y salvo un imponderable, Enrique Peña Nieto será el abanderado priísta en la contienda definitiva contra Amlove y quien sobreviva al fuego amigo al seno de Acción Nacional.

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