POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL 
Un hombre de dios 
trató de venderme 
la vida eterna, 
la limpieza de mis pecados 
y un sitio en la primera fila 
de la salvación. 
Lo escuché atentamente, 
quería saber 
cuán seguro estaba 
de sus convicciones. 
Al concluir el discurso, 
me preguntó si tenía dudas, 
fui sincero, contesté, 
no me interesa una vida eterna 
de buena conducta, 
el borrón de mis pecados 
o ser el primer embarcado a los cielos; 
mis fallas son partes activas 
de mi individualidad 
y la salvación absoluta 
por abjurar de mis decisiones 
es un precio muy alto, 
gente como yo 
no necesitamos intermediarios 
con Dios 
y si mal no recuerdo, 
al pastor le preocupan las ovejas descarriadas, 
no las metidas en el rebaño. 
Maldiciendo, por lo bajo, 
el hombre se fue 
y yo le guiñé al Cielo 
la magnificencia 
de esa tarde.  
 
 
 
1 comentario:
Por eso digo que Dios esta en todos lados y no nada más en donde se da el diezmo semiobligatorio
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